Este paladín de la democracia que viene presto a reaccionar contra «la internacional reaccionaria de la ultraderecha y la tecno caspa», con referencia a Elon Musk, se comporta en realidad como un verdadero autócrata de manual. La última es el nuevo ataque directo del Gobierno al Poder Judicial con la aprobación de un anteproyecto para modificar el sistema de acceso a la judicatura.
Se trata de la quinta de las reformas de la ley del Poder Judicial perpetradas por el Gobierno del innombrable, de las cuales tres ya están consumadas. La de esta semana implica un auténtico y radical golpe al Estado de derecho, pues pretende destruir el sistema actual de acceso a la Judicatura y a la Fiscalía, convirtiéndolas en un coladero de colonización bajo el pretexto de querer «democratizar el acceso y garantizar la pluralidad», cuando lo que pretende con los aspectos técnicos del anteproyecto, que son meramente ideológicos, es debilitar a todos los contrapoderes del sistema constitucional. En este caso lo hace desde la base, desde el acceso, con el único ánimo de desmantelar el modelo de mérito y de capacidad con el que los candidatos obtienen las plazas en la Judicatura y la Fiscalía, imposibilitando también la viabilidad de las asociaciones de jueces y fiscales.
Se trata de otro acto más de su carácter autoritario, dando auge a la delirante idea de una supuesta instrumentalización política de la Justicia para la persecución penal de los golpistas catalanes y de los presuntos chorizos de cantimpalos del círculo más cercano de este ariete heroico contra el fascismo universal.
En la misma línea de hediondo fundamentalismo, el Proyecto de Ley de la Función Pública de la Administración del Estado, que se tramita en el Congreso e introduce un nuevo modelo de acceso al funcionariado con una única prueba general de conocimientos. En su Disposición Adicional Sexta, sobre una supuesta racionalización de cuerpos y escalas de la Administración del Estado, se autoriza al Gobierno para llevar a cabo la «sistematización de los cuerpos y escalas, atendiendo al principio de especialización, ordenándolos en subgrupos y pudiendo crear, modificar o suprimir los existentes», lo que implica que también aquí el adalid podrá controlar a la «internacional reaccionaria» de los altos funcionarios del Estado, cambiando la «casta facha y fascista» de los abogados del Estado, de los economistas del Estado, de los técnicos de la Administración Civil del Estado, de los letrados de las Cortes, de los letrados del Consejo de Estado, por dignos palmeros de su ideología. La ideología de los que cantan la Internacional en su congreso con el puño en alto y luego retuercen torticeramente la interpretación del gesto de Elon Musk para presentarlo como si hubiera hecho el saludo fascista que no hizo.
Ambos saludos son igualmente repugnantes, nunca debemos olvidar los crímenes de guerra del nazismo, ni el holocausto, pero tampoco los más de cien millones de crímenes directamente motivados por la ideología de los del puño en alto.