Surcan nuestros cielos casi de forma invisible. Solo el ruido de sus motores rompe el silencio pausado del Campo de Calatrava. En la carrera armamentista desatada por las ocurrencias de Trump, los Tigre del batallón de Almagro refuerzan su presencia y su sentido en un escenario internacional turbio e incierto. Son la élite del Ejército de Tierra. Son la única arma de ataque en vuelo de las fuerzas terrestres y de las más temibles en un hipotético enfrentamiento. La base Coronel Sánchez Bilbao dejó hace tiempo de ser un lugar de reclutamiento donde los jóvenes de la zona rezaban por hacer la desaparecida 'mili' por su cercanía y actualmente es un centro de innovación, tecnología, mantenimiento y adiestramiento, sobre todo, con la llegada del helicóptero de ataque más avanzado que los países europeos lograron diseñar a través del consorcio Airbus. En esa estrategia de independizarse del armamento americano, esta máquina ya mostró sus capacidades como defensa y protección de nuestros militares en la retirada de Afganistán de la mano del hoy general de división Alberto Javier García Romera, que actualmente es el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Terrestre.  España se encuentra ante el desafío de elevar su gasto en Defensa en miles de millones. Pocos son los que ponen en duda ese mantra de una paz sin ejércitos o de orillar a unos profesionales, los militares españoles, que cuando han actuado siempre lo han hecho en defensa del derecho internacional, los derechos humanos y democráticos. El Bhela-I, liderado por el teniente coronel Aguado, se encuentra listo y preparado para desplegar en Eslovaquia bajo el paraguas de la OTAN para frenar a Putin. Solo es cuestión de meses y en nombre de nuestra defensa.