Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Fast Charlie

06/09/2024

Las preguntas generadas me han animado a realizar algunas aclaraciones sobre lo que pueden esperar en los próximos meses de esta humilde cita.

Cuando la actualidad informativa y el editor lo estime conveniente, usted se encontrará con una colaboración que refleja una opinión. El texto siempre se apoyará en tres ideas básicas: la dignidad humana, la libertad de expresión y la existencia de recursos finitos. La lista podría ser más larga, pero las consecuencias finales son nimias.

La defensa de la dignidad humana no conoce atajos, pues sus límites son implacables y suele ser atacada con frecuencia por el poder. Debería ser un tema intelectualmente fascinante y humanamente sencillo, pero se ha complicado en los últimos tiempos. La razón principal es que ciertas personas entienden que la voluntad es generadora de derechos y en consecuencia otorga dignidad al individuo. Me temo que la casuística nos llevará a replicar a Ícaro.

La libertad de expresión, mientras no se mienta o difame, enriquece el debate intelectual por principio. Las opiniones en una sociedad dinámica permiten que libremente digamos lo que pensamos. Su protección garantiza la de conciencia, porque donde hay censura no existe libertad de pensamiento. En resumen, que podemos libremente hacer lo que queramos sin que un tercero nos diga que no. En las dictaduras, los medios de comunicación son una extensión del Estado.

Y por último, está la existencia de recursos finitos. En el Occidente progresista la batalla se centra en el reparto de la riqueza, cuando el reto sería generarla. Es una cuestión de tiempo que dejemos de ser ricos al olvidarnos de esa obviedad. La acción de gobierno se limita a gestionar los recursos disponibles, no los crea. Los impuestos y las tasas son riqueza individual obtenida de los ciudadanos que trabajan para la realización de un bien público.

La esencia de la política consiste en determinar las prioridades con unos recursos por definición limitados. Los ingresos públicos son concretos y la capacidad para endeudarse tiene el límite de la sostenibilidad. Si los impuestos son muy altos, la recaudación cae. Si las cotizaciones son muy altas, el empleo se resiente. Si las indemnizaciones por despido se incrementan, la contratación se reduce.

Otra cosa distinta es que la codicia, la envidia o los grupos rentistas argumenten demagógicamente que se puede generar riqueza sin esfuerzo o talento. La homogeneidad impuesta es la mayor injusticia y generadora de pobreza.