Javier López

NUEVO SURCO

Javier López


La ‘banca Puigdemont’ siempre gana

26/03/2025

Ya no hay lugar para la duda: en nuestro país de un tiempo a esta parte siempre gana la 'banca Puigdemont'. Si, como se suele decir popularmente, la banca siempre gana, lo que está ocurriendo con el prófugo de la Justicia con más poder en la historia de España no le va a la zaga a los banqueros más avezados, usureros y aprovechados. Está claro que  los tipos de interés que nos pone el independentismo son elevadísimos. Se los endosa al inquilino de la Moncloa pero los pagamos todos. Es como si un negociante irresponsable aceptara un crédito a un altísimo interés y luego la devolución corriera a cargo de su familia. Porque los tipos de interés de la 'banca Puigdemont' cargan sobre todos nosotros y no sobre el que ha pedido el préstamo. Eso es lo que hace intolerable la transacción.
Los préstamos concedidos a lo largo de los últimos años han sido cuantiosos: desde los indultos hasta la política migratoria, pasando por la financiación autonómica y, por supuesto, la amnistía, un latigazo sin precedentes, arropado por el propio Estado,  a la línea de flotación del entramado constitucional. Desde que Pedro Sánchez llegó al poder siempre ha necesitado de esta respiración asistida cargada de toxinas que finalmente inhala todo el país: al final todo le mundo queda maltrecho e hipotecado.
La imagen del mando a distancia ha sido utilizada varias veces por el presidente de Castilla-La Macha, Emiliano García-Page, para describir tan rocambolesca situación. El prófugo es el que tiene el mando de la legislatura, el que apaga y enciende, el que tensa y destensa, finalmente el que condiciona toda la acción política del país. Lo estamos viendo casi a diario en el Congreso de los Diputados donde la incapacidad del Gobierno para sacar adelante alguna ley es más que manifiesta ante la oposición de Junts que ya ha votado varias iniciativas en unión con el PP y también con Vox. ¿Merece la pena tanto retorcimiento solamente para mantenerse en el poder a cualquier precio?.
Una nueva situación límite nos abrasa ya: la ausencia de presupuestos. España está aún viviendo de unos presupuestos prorrogados de la anterior legislatura, cuando hay un mandato constitucional que establece que el Gobierno debe presentar anualmente un proyecto presupuestario para su discusión parlamentaria. Ni está ni se espera. Cada vez es más improbable que Sánchez esté en condiciones de poner negro sobre blanco las líneas básicas de la distribución del gasto del Estado cuando él mismo le decía a Mariano Rajoy en 2018 aquello de 'presupuestos o elecciones'. Así debe ser. Resulta inconcebible gobernar un país sin una discusión sobre las prioridades del gasto, su distribución y las fuentes de los ingresos. ¿Alguien imagina una familia cuyo gasto anual (recibos básicos, educación de los hijos, tiempo de ocio, mantenimientos varios etc) esté fundamentado en previsiones y necesidades de años  atrás?.  Esto es lo que está ocurriendo en España. Todo es tan extraño que el desconcierto a la hora de intentar contextualizarlo es mayúsculo, no existe ningún precedente en las últimas décadas para al menos intentar poner algo de luz sobre la situación. Lo más alarmante, desde luego, es que el desorden esté pivotando sobre la voluntad del protagonista del mayor desaguisado de la historia de la actual democracia: Carles Puigdemont, el mismo que huyó escondido en el maletero de un coche cuando comprobó que su golpe no podía triunfar.
Otras incertidumbres se anuncian ahora. El cambio rapidísimo en el orden internacional obliga a los países europeos a trabajar a marchas forzadas por hacer en muy poco tiempo lo que no se ha hecho desde el final de la Segunda Guerra Mundial: coordinar esfuerzos defensivos antes de abordar la ingente e insólita tarea de construir un poderoso ejército europeo, en caso de que esto sea posible. El incremento del gasto en Defensa será exponencial. Todos los países de la UE lo están abordando en sus parlamentos nacionales. ¿Alguien se imagina como puede encarar tan ingente tarea en gasto publico un país sin presupuestos actualizados? Es más: ¿Alguien piensa que el 'banquero Puigdemont', del que depende cualquier acción de gobierno, tiene algún interés en facilitar que España fortalezca su Defensa e invierta más en su ejército?. Necesitamos un poco de cordura y menos surrealismo en el espacio público, es decir, en el espacio de todos.