La alcaldesa de Ciudad Real que en marzo recibía una medalla  de manos de la Hermandad Sacramental de la Santa Cena y María Santísima del Dulce Nombre, en el marco de su cincuentenario, devolvió ayer el gesto. Así, y «en nombre de todo el pueblo de Ciudad Real», impuso de la medalla de la corporación municipal a una cofradía que forma desde 1964 parte de la historia de la capital. «Han contribuido de una manera espléndida a que nuestra Semana Santa haya tenido esa declaración de Interés Turístico Nacional. Sus imágenes son un museo por las calles de Ciudad Real», precisó Rosa Romero, orgullosa de que seamos «referencia» y de que acoger estos días a propios y ajenos.
Ciudad Real está viviendo estos días de pasión y fe a expensas del cielo. En este sentido, Romero lamentaba que «el agua no nos esté dejando disfrutar». Un sentir que fue compartido por el hermano mayor de la Santa Cena, Enrique Barba Capilla, quien puso de manifiesto que «la semana que llevamos ha sido muy triste». «El resto de compañeros cofrades no han podido salir y se han tenido que quedar en los templos», según recordó.

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