Almagro cuenta dentro de su patrimonio artístico con otro monumento escultórico. Se trata de un homenaje a "San Juan Bautista de Almagro", una nueva creación del escultor José Antonio González López-Arza que se instaló en un lugar entrañable de la ciudad. La obra consta de una escultura en bronce, sobre un pedestal cilíndrico de piedra de Almagro y presenta una altura de 400 cm. Con el monumento -que se ubicó en la explanada de la Ermita de San Juan Bautista-, se conmemoró el cuatrocientos aniversario de la construcción del histórico edificio. La Hermandad de Jesús de las Tres Caídas y María Santísima de la Esperanza que tiene su sede en dicha Ermita, promovió su realización y en la que colaboraron el Ayuntamiento de Almagro, Diputación Provincial de Ciudad Real y Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. El escultor López-Arza, tiene igualmente otra obra relevante en Almagro: "Monumento a Frey Fernando Fernández de Córdoba y Mendoza" (Plaza Clavero).
López-Arza presenta en este original trabajo escultórico, una elaboración figurativa y expresionista, característica de la forma representativa y en el estilo plástico de los últimos años. Actividad que tan magníficos resultados le viene proporcionando como en otros compromisos artísticos similares y de carácter conmemorativos/honoríficos. Estilo de factura volumétrica proporcionada que, igualmente aplica su técnica de modelado, a otras interesantes realizaciones (retratos, temas religiosos, elementos y figuras abstractas, desnudos, escenas taurinas o creaciones animalistas…).
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Un "San Juan Bautista de Almagro" que, en su elaboración estética nos remite al clasicismo, desde la Grecia clásica, pasando por la iconografía estatuaria romana y sin alejarse demasiado de las propuestas medievales en cuanto a efigies religiosas. En su estilo resalta a primera vista la textura delicada, atractiva, anatómica que aplica al cuerpo trasmutado en bronce, así como la pátina que lo envuelve como una piel protectora que aporta bellos matices cromáticos en metal dentro de lo que es y se espera de esta obra, una estatua iconográfica y didáctica que ha de permanecer a la intemperie. Imagen grácil y sutil. Un San Juan, cuyo sugerente aspecto es contundente, descriptivo, elegante, profético, una imagen que es en sí una oración… impregnado de cierto dinamismo y movilidad, aun siendo su pose estática. ¡Por otro lado, indica en su mensaje, una orientación, ruta a seguir, una voz que clama en el desierto! ¡Al fin y al cabo se trata de un santo! Escultura que impacta y sugestiona en su equilibrada conformación, ligera levedad y espiritualidad ¡Se trata de un símbolo, también una reflexión! Su imagen trasciende la propia levedad del alma, del espíritu. Un San Juan orante y sublime en su mensaje religioso. En la colocación/inauguración de la figura en la explanada de la Ermita que lleva su nombre, participó numeroso público, autoridades y una bien conjuntada asociación folclórica almagreña que arropó con sus actuaciones el evento cargado solemnidad y emoción. José Antonio González López-Arza, nació en Cabeza del Buey (Badajoz) en 1961, licenciándose en Bellas Artes en Sevilla en 1984, interesándose igualmente por la arqueología y el arte rupestre esquemático. Por otro lado, ha realizado interesantes exposiciones. Ha ejercido la docencia en Institutos y posee numerosas obras escultóricas en Ciudad Real: "Busto del pintor López-Villaseñor" (una réplica está en Torrelodones), "Monumento al Pandorgo", "Dulcinea", "Fuente Pozuelo de Don Gil", "Escultura al torero Reina Rincón" … así como en otros espacios y latitudes: "Monumento al siglo XXI" (Cabeza del Buey. Badajoz) y en Almagro como se ha referido: "Monumento a Frey Fernando Fernández de Córdoba y Mendoza". En Estados Unidos tiene dos imágenes religiosas y entre ellas el "Crucificado de Arlington" (Condado de Arlington, Texas. USA). Igualmente ha realizado una amplia y copiosa variedad de retratos y encargos. Su actividad artística se ha recogido en prensa, medios de comunicación y revistas de arte. El Instituto de Estudios Manchegos de Ciudad Real (CSIC) le dedicó una voluminosa biografía de epígrafe: "López-Arza. Escultor", escrita por Moisés Bazán de Huerta y Víctor Manuel Rebollo Gómez.