El acusado niega haber utilizado una navaja en la pelea

M. E.
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Se enfrenta a una pena de 10 años de cárcel como presunto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa tras una pelea en un bar de Socuéllamos

Un momento del juicio celebrado en la Audiencia Provincial. - Foto: Rueda Villaverde

A pesar de que su sangre fue hallada en el mango de la navaja, y que en el filo se encontró sangre de la víctima, el acusado de haber asestado tres puñaladas a un hombre en un bar de Socuéllamos niega haber sido él el autor de la agresión. Se enfrenta a 10 años de cárcel y al pago de una indemnización de 55.500 euros, según solicita la acusación particular, como presunto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa. Penas que deja en siete años de prisión y 18.500 euros de responsabilidad civil la petición de la Fiscalía. Por su parte, el abogado de Manuel T. R. interesaba al tribunal la libre absolución de su representado, o en su caso que fuera condenado por un simple delito de lesiones, con los eximentes incompletos de embriaguez y de padecer drogodependencia, por lo que a lo sumo aceptaría un año de cárcel.

La Sección 2ª de la Audiencia Provincial ha dejado el juicio visto para sentencia, tras la declaración del acusado y la víctima, de varios testigos, de médicos forenses y de los agentes de la Guardia Civil que realizaron el informe policial tras los hechos sucedidos en una madrugada del Carnaval de 2022, en el pub Rivera 13 de Socuéllamos. Según se ha podido escuchar en la sala durante los diferentes testimonios, aquella noche la víctima saludó por error al acusado, y éste respondió de manera agresiva, propinándole varios puñetazos y retándole a salir fuera del local para seguir con la pelea, pese a que varias personas intentaron calmarle o retenerle. Ya en la calle, los dos se enzarzaron y cayeron al suelo, y fue entonces, según las acusaciones, cuando Manuel T. R. sacó un cuchillo con una hoja de 10 centímetros de largo y dos de ancho y le asestó tres puñaladas, en la zona del tórax, afectándole a un pulmón, en la espalda y en el costado, a la altura del hígado. Fruto de esta agresión con arma blanca, la víctima sufrió tres heridas "de riesgo vital", según los forenses, que le hubieran supuesto la muerte de no ser porque él mismo pudo acudir al centro de salud, que estaba a unos 200 metros del lugar, donde le atendían en primera instancia, para luego derivarle al hospital de Tomelloso.

Durante el juicio, acusado ha admitido que mantuvo una pelea con su denunciante, pero que no fue él el que le causó las heridas por arma blanca, asegurando no acordarse si la navaja recogida por la Policía Local en el lugar de la pelea le pertenecía. Su abogado, Eduardo García de León, advertía ante el tribunal que en el examen biológico del arma no se encontraron huellas dactilares de su defendido, pero sí sangre de la víctima en su asidero. Además, durante la sesión ponía en duda la cadena de custodia de la navaja, que según los testimonios habría sido recogida por la Policía Local de Socuéllamos y entregada metida en una bolsa al centro de salud, donde después la recogería la Guardia Civil.

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Un momento del juicio celebrado en la Audiencia Provincial.
Un momento del juicio celebrado en la Audiencia Provincial. - Foto: Rueda Villaverde
Un momento del juicio celebrado en la Audiencia Provincial.
Un momento del juicio celebrado en la Audiencia Provincial. - Foto: Rueda Villaverde

Sin embargo, José Plaza, letrado de la víctima, considera que ha quedado claramente probado que "nadie más intervino en la pelea" con su defendido, que no hubo terceras personas implicadas, y que no hay dudas sobre que fue el acusado el que empleó el cuchillo para agredirle, ya que resultaría poco racional que alguien apuñalara a la víctima después de esa pelea, o que ella misma se pudiera haber provocado las heridas, en los escasos minutos que transcurrieron desde el incidente hasta su atención en el centro de salud. Ahora, la última palabra la tiene el tribunal, presidido por el magistrado Ignacio Escribano.