Este verano ha estado marcado por la sequía en el Campo de Calatrava, ¿cuál es la solución para esta zona a corto-medio plazo, dado que a largo plazo ya se ha avanzado que se hará el ramal de la Tubería Manchega?
En este momento, el abastecimiento de Campo de Calatrava teóricamente debería depender de la Vega del Jabalón, pero este embalse tiene un volumen almacenado de 0,5 hectómetros cúbicos, lo que representa una reserva hídrica de poco más del 1% y por ello es imposible el abastecimiento con agua superficial a toda esta población, que supera los 36.000 habitantes. A corto plazo se están abasteciendo con agua subterránea, en condiciones tanto cuantitativas como cualitativas complicadas y de ahí la necesidad de acelerar todo el proceso para que se pueda conectar definitivamente con el sistema de la llanura manchega y poder abastecer a estas poblaciones tanto en cantidad como en calidad.
¿En qué situación están los embalses y qué previsiones tiene de cara al nuevo año hidrológico?
La reserva hídrica en los embalses del Alto Guadiana apenas alcanza el 20%, con lo cual la situación es más que preocupante. Es una situación que es muy parecida al año pasado, cuando teníamos una capacidad de un 21% y ahora la situación es de cierta preocupación, máxime si tenemos en cuenta que la media de los diez últimos años refleja que el volumen almacenado superaba los 200 hectómetros cúbicos y en estas circunstancias apenas alcanzamos los 79; estamos muy por debajo de la media. Es cierto que con estos embalses, salvo el caso de la Vega del Jabalón, garantizamos el abastecimiento de todas las poblaciones que dependen del abastecimiento de aguas superficiales y, aunque con muchas limitaciones, estamos en garantía. Otra cosa son otros usos socioeconómicos que, salvo que el otoño venga generoso, va a ser complicado satisfacer, pero el abastecimiento está garantizado.
¿Se refiere a usos agrícolas de agua de embalses que se tendrían que volver a restringir?
Sí, como hemos hecho esta campaña, tanto en el embalse del Vicario, del Gasset y también en Torre de Abraham. En relación con las dificultades para el abastecimiento, el jueves acordamos un nuevo trasvase desde el embalse de Torre de Abraham al de Gasset de 2,5 hectómetros cúbicos para garantizar el abastecimiento de la Mancomunidad del Gasset.
¿Hasta cuándo se puede garantizar el abastecimiento con este nuevo trasvase?
Teniendo en cuenta que el Gasset tiene algo más de 13 hectómetros cúbicos, para todo, 2022 sin lugar a dudas. Se garantiza completamente el abastecimiento y ahora, a esperar el otoño, pero con este trasvase se asegura el abastecimiento no solamente para 2022, incluso más allá.
La Junta prevé que la Tubería a la Llanura Manchega entrará en funcionamiento alrededor de marzo del año que viene, ¿qué supondrá esta infraestructura para el Alto Guadiana?
Nosotros acabamos de firmar un contrato para la redacción del proyecto que supone la revisión de la conducción y de la potabilizadora de la Llanura Manchega, es decir, que permite el diagnóstico y la revisión de esta conducción para que, de manera inmediata, una vez que se finalice esta redacción del proyecto se puedan culminar todas las reparaciones que son precisas para la puesta en funcionamiento. Hay que tener en cuenta que las obras de la tubería concluyeron hace más de cuatro años y obviamente es necesario ponerla en marcha. Yo no me atrevo a decir fechas, puesto que hay que redactar el proyecto y después hay que ejecutarlo aunque creo que a lo largo de 2022 estará efectiva y podrá abastecer a todos los municipios del ramal noroccidental, así como a los núcleos aledaños al trasvase Tajo-Segura. Cerca de 100.000 habitantes podrán verse beneficiados de este recurso que nos llegue.
¿En qué situación están los acuíferos del Alto Guadiana?
Los datos que tenemos de balance de agosto de 2020 a 2021 reflejan una ligera mejora en algunas de las masas, en concreto en Sierra de Altomira, Lillo-Quintanar y Rus Valdelobos, y en resto de las masas hay descensos generalizados, particularmente en Mancha Occidental I y II, Campo de Calatrava e incluso Consuegra-Villacañas. Estas son las masas que continúan reduciendo niveles piezométricos año tras año, particularmente desde 2014 de manera significativa.
¿Cuánto se han reducido las reservas de agua en esas masas? ¿La situación es preocupante?
Es preocupante, es muy preocupante porque tenemos un déficit acumulado que supera los 1.500 hectómetros cúbicos. Solamente este déficit, y estoy refiriéndome al antiguo acuífero 23, el que componen actualmente las masas de Rus Valdelobos, Mancha I y II, hace que haya una desconexión importante entre las aguas subterráneas y las superficiales y, en consecuencia, en los espacios asociados a estas aguas.
Han aplicado recortes en el riego las dos últimas campañas, ¿se ha notado en el estado de las masas?
Hemos seguido descendiendo niveles piezométricos, aunque es todavía pronto para hacer esa valoración. El año hidrológico en aguas subterráneas todavía no se ha terminado, al menos de medir. Nos falta por medir la piezometría de septiembre, ya que los últimos datos se refieren a agosto, y por lo tanto veremos cómo ha influido ese recorte, que es del 10%. No obstante, hay masas en las que finalmente no se llegó a recortar por una ligera recuperación y ese recorte del 10% solamente se mantuvo en las masas que componen el antiguo acuífero 23.
¿Se pueden aplicar nuevas restricciones para la siguiente campaña teniendo en cuenta la situación actual?
No se descartan, pero veremos masa a masa cuando tengamos todos los datos, nos falta como digo la piezometría del mes de septiembre y de octubre y el informe que hace todos los años el Instituto Geológico y Minero. Desarrollaremos las distintas juntas de explotación de las distintas masas a lo largo de la segunda quincena de noviembre, que será el momento de tomar las decisiones oportunas. Mientras se mantengan situaciones de emergencia por escasez de recursos como se han mantenido estos últimos años, seguiremos aplicando las correspondientes restricciones con el objetivo de alcanzar el buen estado de las masas.
Las restricciones no han gustado a las organizaciones agrarias que se vienen quejando de que ya les meten bastante la tijera, ¿cree que puede ser una fuente de conflicto si se vuelven a reducir las dotaciones para la campaña que viene?
Posiblemente, pero el organismo tiene que cumplir sus funciones y en una situación de emergencia por escasez de recursos, el propio Plan Especial de Sequía exige establecer restricciones en el uso de recursos en estas masas. Supongo que habrá dificultades, pero como digo, hay que alcanzar los objetivos correspondientes. También se han quejado en otras masas superficiales, como en el embalse de Torre de Abraham de las restricciones, pero no ha habido más remedio en función de los recursos disponibles. Cada vez tenemos menos recursos, tenemos un déficit acumulado que supera los 1.500 hectómetros cúbicos y es normal que haya restricciones al uso del agua, porque no solamente que hay proteger los espacios emblemáticos asociados a estas aguas subterráneas, sino que también hay que proteger la propia socioeconomía del territorio y si no hay restricciones se pone en peligro el resto de aprovechamientos.
¿Cómo afectan las extracciones de uso agrícola a la situación de Las Tablas de Daimiel?
Obviamente cuando se producen extracciones por encima del recurso disponible de manera continuada se produce la desconexión entre unas masas y otras, entre las aguas superficiales y las subterráneas, y hace que no lleguen aportes a espacios emblemáticos como el caso del parque nacional, originando el correspondiente deterioro. Esto es así desde 2014 fundamentalmente, cuando ha habido un paulatino descenso de los niveles piezométricos que hace que haya esta desconexión. Prueba de ello es que la comisión mixta de Parque Nacionales de Castilla-La Mancha ha solicitado la puesta en marcha de los pozos de emergencia del entorno del parque para combatir el deterioro del espacio, solicitud que hemos autorizado estos días con hasta 10 hectómetros cúbicos de bombeo de aguas subterráneas de la masa Mancha Occidental I para paliar en lo posible el deterioro acumulado.
Organizaciones agrarias y comunidades de usuarios se han quejado también de que se vuelva a echar mano de los pozos y no del trasvase para paliar dicha situación del parque nacional, ¿qué opina?
Nosotros atendemos la solicitud que nos ha hecho la comisión mixta y, además, está contemplada esta medida en el plan hidrológico de cuenca, por lo que aplicamos el plan y lo autorizamos. No me corresponde valorar otras opciones.
Se ha abierto la puerta a la compra de derechos en la zona de Las Tablas de Daimiel que se incluye en el nuevo ciclo de planificación, ¿qué previsión hay en este sentido?
Sí, dentro del programa de medidas del borrador del plan hidrológico de cuenca, que ahora está en fase de consultas, una de las medidas importantes es promover la recuperación de las masas, fundamentalmente en el entorno del parque nacional mediante la adquisición de derechos por un importe de 63 millones a lo largo del todo el periodo de vigencia del plan hidrológico de 2022-2027, con cargo a fondos de recuperación y resiliencia. Es previsible que si no hay dificultades presupuestarias, el organismo de cuenca lance la primera oferta por un importe de cinco millones de euros en el primer trimestre de 2022.
¿Eso repercutirá en la mejora del parque?
Es una de las medidas dentro del abanico que hay para propiciar la recuperación de la masa. Piense que si llegamos a cumplir los objetivos y adquirir los derechos correspondientes estaríamos hablando de un entorno de 12 hectómetros cúbicos que podríamos llegar a recuperar a lo largo de todo este periodo.
¿En qué estado se encuentra la regularización de pozos? La Junta lleva tiempo apuntando a que está a la vuelta de la esquina...
Estamos trabajando en ello, pero no hay ninguna novedad.
¿Por qué se tarda tanto?
Es un tema muy complejo que tiene que venir contemplado en el plan hidrológico de cuenca.
¿Hasta qué punto en lugar de por la vía administrativa se está recurriendo a la vía judicial para regularizar los pozos? ¿Tiene datos de demandas en ese sentido?
Sí, hay demandas judiciales por vía civil, ya que lo que se viene a decir es que el organismo de cuenca no reconocerá ningún nuevo aprovechamiento en el ámbito del Alto Guadiana salvo que sea por sentencia judicial firme. Acude a la vía civil el que considera que tiene un derecho al uso de las aguas anterior a la Ley de Aguas, lo pone en marcha y hay demandas que se estiman y otras que no, en función de los datos. Ha habido épocas que han sido muy numerosas, pero ahora estamos en una fase en que menos, 80 en lo que va de año, pero sí, la gente hace uso de esa demanda y en ocasiones tenemos que reconocer ese derecho por imperativo judicial.
¿Cómo ha transcurrido la campaña en cuanto al uso de caudalímetros?
Continuamos con el plan especial de uso y de control del agua en la zona de influencia de Las Tablas de Daimiel y no hemos cerrado todavía el ejercicio, pero este año en concreto, como dato, se han detectado 30 manipulaciones de caudalímetros, lo que está calificado como una sanción grave. Hemos realizado numerosas inspecciones en este tipo de aprovechamientos, que superan las 20.000 inspecciones, y el número de sanciones en estas dos campañas supera con creces los 1.000 expedientes sancionadores, aunque no está cerrado aún este año.