La historia del abastecimiento y del saneamiento de Ciudad Real, con los grandes avances que han marcado la consecución de este reto a lo largo de 800 años de historia, se dio a conocer ayer a través de la presentación del libro El agua en Ciudad Real, historia de un reto diferido, editado por Aquona, junto al Ayuntamiento y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Castilla-La Mancha. El ejemplar, realizado por el grupo de Urbanismo y con la coordinación editorial del profesor José María Coronado, fue presentado en un acto en el antiguo casino que contó con una buena acogida.
Un interesante viaje por las principales propuestas o hitos de la ingeniería que destacó el director de Aquona, Jesús García del Valle. «Es un proyecto que cuenta la historia del agua, un reto apasionante durante ocho siglos y Aquona empieza a ser protagonista justo cuando finaliza el libro, en los años 70». A partir de entonces -prosiguió- «Aquona ha colaborado con las administraciones en seguir impulsando el servicio de agua de la ciudad».
La importante labor de investigación que se ha desarrollado para hacer realidad el libro, con un trabajo de más de tres años, también fue destacada por García del Valle, uno de los prologuista del mismo, quien se refirió a su vez a que «con la ilusión y el conocimiento» se ha conseguido alcanzar «un servicio de calidad» y solucionar los problemas que se plantean con los nuevos tiempos, ya que «la gestión de un servicio como el agua no acaba». En ese camino por delante apuntó a desafíos como la digitalización, la sostenibilidad y una apuesta decidida por la economía circular, en los cuales la empresa está actualmente inmersa.
«El libro termina en los años 70, que es cuando se construye la red actual de saneamiento, a partir de entonces todas las redes se han ampliado, mejorado y hay un montón de inversiones, se han conectado los embalses, de manera que el reto se sigue solucionando todos los días, pero el reto del agua es un reto abierto», afirmó en este mismo sentido Coronado, quien explicó los problemas con los que contaba la ciudad desde la elección de su ubicación por Alfonso X ‘El Sabio’, hasta la materialización de proyectos como el abastecimiento con pozos desde La Poblachuela, la conducción con el Valle de los Molinos, a 30 kilómetros de distancia, la creación de los depósitos de La Atalaya o las obras de drenaje.
Y todas estas infraestructuras que se fueron fraguando a lo largo de los años fueron fruto de la labor de muchos ingenieros de Caminos, que permitieron que algo tan sencillo hoy en día como abrir el grifo, sea posible. Así lo destacó la directora de la Escuela de Caminos, Ana Rivas, también prologuista del libro junto a Pilar Zamora, primera teniente de alcalde y la cual apuntó también al trabajo de las corporaciones locales para garantizar el abastecimiento y saneamiento de agua. Todos ellos, junto al público, arroparon a Coronado en una presentación que condujo el director de La Tribuna, Diego Murillo.