El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, uno de los humedales más importantes del centro peninsular, que se encuentra en la provincia de Ciudad Real, ha recibido la primavera con una superficie inundada de 325 hectáreas de las 1.750 que puede llegar a tener este espacio protegido. Así lo han dado a conocer este viernes a EFE fuentes del parque nacional, continuando así mejorando su situación hídrica gracias a la aportación que están recibiendo de los pozos de emergencia.
De esta forma el parque ha pasado de tener en noviembre del pasado año 22 hectáreas inundadas, el 1,3 % del total inundable, a las 325 hectáreas actuales, que suponen el 18% de su superficie.
La superficie inundada aún queda muy por debajo de alcanzar la situación ideal al inicio de la primavera, que sería de 1.400 hectáreas inundadas, tal y como recoge el Plan Rector del parque nacional.
La activación de estos pozos de emergencia está recogida en el Plan Especial de Sequía del Plan Hidrológico de la cuenca del Guadiana, como medida para mitigar la afección al parque nacional que provoca la reducción de los aportes naturales a este espacio protegido.
La puesta en marcha de los pozos de sequía para suministro de recursos al parque contempla un volumen máximo anual de extracción de 10hm3/año, más 2 hm3 adicionales de las concesiones propias con las que cuenta el propio parque nacional.
La activación de los sondeos se ha producido en varias ocasiones desde el año 2020, la última en el mes de diciembre de 2023.
Las Tablas de Daimiel son un humedal prácticamente único en Europa y último representante del ecosistema denominado tablas fluviales, antaño característico de la llanura central de nuestra Península.
Es un ecosistema complejo que mezcla las características de una llanura de inundación, producida por los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela en su confluencia, con la de un área de descarga de aguas subterráneas procedentes del Acuífero 23, pieza clave del sistema hidrológico de la Cuenca Alta del Guadiana.
El desbordamiento de los ríos, favorecidos por la escasez de pendiente en el terreno, y las surgencias de agua procedentes del acuífero históricamente han llevado emparejado el desarrollo de una potente y característica cubierta vegetal que constituye un excepcional hábitat para toda la avifauna ligada al medio acuático, que ha encontrado en este lugar una de sus principales áreas de invernada, mancada y nidificación.