El nuevo Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 1.134 euros brutos al mes aprobado la semana pasada por Trabajo y los sindicatos, con la CEOE al margen, supondrá ya más del 60% de la nómina que cobran los ciudadrealeños de media: 1.768,6 euros brutos también al mes.
El nuevo baremo que se aplicará en las relaciones salariales en la provincia con carácter retroactivo cuando culmine su tramitación, enciende las alertas entre los empresarios, que avisan de que las subidas del SMI desde 2018 «afectan de manera especial a las pequeñas y medianas empresas que, por su reducida estructura, su menor productividad e inferior aprovechamiento de las economías de escala, tienen menores recursos para asumir este incremento de costes laborales». Cepyme sitúa a Ciudad Real entre las 38 provincias donde el SMI supone más del 60% del suelo medio que se cobra. «El SMIcrea distorsiones, influyendo -dicen los empresarios- en la negociación colectiva, perdiendo independencia y poder de adaptación». En Cepyme señalan a las pymes dedicadas al sector servicios como «las más perjudicadas» por la revisión salarial. De hecho, con esta subida anunciada la pasada semana, ganarían menos, de media, los más de 18.000 ciudadrealeños que trabajan en servicios a las empresas, donde se incluye, por ejemplo, las trabajadoras de la limpieza, que en 2022 recibían una nómina de 15.499 euros al año.
«Es una gran noticia esta subida del salario mínimo interprofesional y un paso más para conseguir ese objetivo marcado del 60% del salario medio», indicó el secretario provincial, José Manuel Muñoz, para quien es «una buena noticia para las familias con salarios más bajos». De cara al futuro, Muñoz avanzó que el nuevo «SMI marca un nuevo hito para las mesas de negociación», porque es «una subida que se tendrá que aplicar de forma obligatoria» por las sectoriales que siguen el SMI.
«La ministra Díaz ha cumplido sus amenazas para con la patronal y para con los empresarios y autónomos de este país, subiendo de forma unilateral el salario mínimo interprofesional un 5%, cargándose la negociación colectiva que tan bien ha funcionado en este país», lamentó el presidente de Fecir, Carlos Marín, que advirtió que esta situación «hace un daño tremendo» porque ataca «la línea de flotación de la negociación colectiva».