El Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera es un «complejo humedal de gran interés limnológico, geomorfológico y florístico» como así se recoge en el último estudio sobre ictiofauna (conjunto de las especies de peces que habitan un lugar) que se ha llevado a cabo en el parque. Tras un año de intenso trabajo, se han localizado catorce especies protegidas diferentes como la colmilleja, el calandino y la ardilla y otras exóticas «muy abundantes» entre las que se encuentra la carpa, el lucio, el alburno, la gambusia, el percasol y el black bass, entre otras muchas. En total, ocho autóctonas y seis exóticas.
El director del parque, Ignacio Mosqueda, en declaraciones a La Tribuna, señala que este estudio «busca actualizar el conocimiento sobre la distribución de las especies de peces en Las Lagunas, tanto de aquellas autóctonas que pudieran necesitar de medidas especiales de conservación como de aquellas introducidas que puedan representar una amenaza para la biodiversidad del espacio». «Hay que actualizar los catálogos. No podemos tener una foto oficial de hace treinta años», añade. Y con ese objetivo ha visto la luz después de un año de trabajo este estudio, que ha contado con la financiación en un 82,50 % de los fondos Feader-Irue (Unión Europea) y en un 17,5 % de fondos propios de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Los datos han constatado además que la mejor zona de especies autóctonas se encuentra desde «la laguna Conceja hacia arriba». Para obtener estos resultados, el territorio a muestrear se dividió en 45 teselas de 2,5 x 2,5 kilómetros para una primera revisión en la que «se eliminaron todas aquellas cuadrículas que no presentaban agua ni signos de formar zonas estancadas que perdudarán mínimamente en el tiempo». Y para ello, se recorrieron a pie. Asimismo, las siete cuadrículas del embalse de Peñarroya no fueron muestreadas nada más que dos debido a la «naturaleza relativamente homogénea del embalse» como recoge el estudio. En la segunda vuelta de muestras de primavera, no prevista en un principio, todos los puntos de muestreo que tuvieron positivo en alguna especie de pez en los trabajos previos al invierno se volvieron a repetir. Una labor minuciosa, ya que «de cada estación se rellenó una ficha de trabajo estándar con todos los registros recogidos, que luego se pasaron a una base de datos.
Mosqueda resalta la dificultad de llevar a cabo el muestreo en las lagunas, sobre todo en las más profundas, por lo que «es posible que haya especies que no se hayan localizado», por lo que «se tira también de citas de pescadores». «Con este estudio no queríamos cuantificar en cantidad de peces sino simplemente su presencia», añade el director del parque natural.
En relación a los métodos empleados, Mosqueda señala que se alternó pesca eléctrica y trasmallo en las orillas de las lagunas más profundas. Así, mientras la primera vuelta de reconocimiento de los recursos de agua y la identificación de tramos secos la hizo una sola persona, los muestreos de pesca eléctrica se hicieron al menos entre dos operarios, portando uno el aparato de pesca eléctrica y su secadera, y el otro operario otra red de captura adicional. La identificación de las capturas se hizo siempre sobre el terreno, y los ejemplares dudosos fueron trasladados al laboratorio. Se emplearon 21 jornadas de muestreo.
Pero no es el único que se ha realizado en el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera, pues actualmente se está trabajando con los mamíferos y murciélagos, y la idea es continuar, por ejemplo, con las aves.