Los cazadores son "esenciales" para frenar la plaga de conejos

Ana Pobes
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La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha emitió en 2016 la primera orden de emergencia cinegética por conejo en la región. Aquel año, treinta municipios de la provincia sufrían los daños de este mamífero

Un hombre mira las guaridas de los conejos - Foto: Rueda Villaverde

Los conejos siguen siendo un quebradero de cabeza para los agricultores, principalmente para la zona de La Mancha, una de las más afectadas. Los agricultores alzan la voz:   van a acabar con los cultivos, principalmente los lechosos. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha emitió en 2016 la primera orden de emergencia cinegética por conejo en la región. Aquel año, treinta municipios de la provincia sufrían los daños de este mamífero. Ocho años después, son 29, uno menos que en 2016, lo que demuestra que «la sobrepoblación se ha mantenido más o menos en las mismas zonas», comenta Miguel Laguna, técnico de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha en la provincia. A nivel regional, las zonas declaradas de emergencia cinegética en estos ocho años se han cuadruplicado, pasando de 85 a 308. 

Los agricultores de Alcázar de San Juan, Alhambra, Almagro, Arenales de San Gregorio, Arenas de San Juan, Argamasilla de Alba, Bolaños, Campo de Criptana, Carrión, Ciudad Real, Daimiel, Granátula, Herencia, La Solana, Las Labores, Llanos del Caudillo, Manzanares, Membrilla, Miguelturra, Pedro Muñoz, Pozuelo de Calatrava, Puerto Lápice, Ruidera, San Carlos del Valle, Socuéllamos, Tomelloso, Torralba, Valdepeñas y Villarta de San Juan ven como el conejo está acabando con sus explotaciones. 

Tomasa Paraíso es una agricultora de Tomelloso. Con  esmero cuida sus viñedos, situados en el término de Campo de Criptana, donde el conejo ha hecho acto de presencia. Hace unos años, recuerda, las viñas las tenía en vaso, pero hace cinco, ante la desesperación de la situación, tuvo que emparrar a consecuencia de los daños que le ocasionaba este animal. «Tenemos un majano, y eso estaba plagado de conejos. Poníamos mallas, pero las de plástico se las comían y las alambra las abrían por debajo y entraban», lamenta. Pero a pesar de haber emparrado, asegura que el problema continúa: «Si no se instalan protectores, se comen hasta la caña. Sigue habiendo conejos», dice.

Los cazadores son Los cazadores son "esenciales" para frenar la plaga de conejos - Foto: RUEDA VILLAVERDE

No solo se ceban con el viñedo, también lo hacen con otras plantaciones como el almendro, el pistacho y el melón. «Mi compañero de la parcela de al lado tiene melones, y tuvo que vallar. Eso parece la cárcel de Guantánamo. Siguen saliendo. Las medidas no son suficientes», apunta. Y es que, cuando el conejo 'elige' una  explotación arrasa con ella, ya que las cepas que se comen, se secan. Se mueren. Las pérdidas suponen un importante desembolso, al que hay que añadir además el gasto de las inversiones. Todo suma. 

Ante esta situación, la Federación de Caza de Castilla-La Mancha ve «esencial» la labor de los cazadores para poner freno a la plaga ante la grave situación a la que se enfrentan algunos cotos de la provincia. «Si no estuviésemos los cazadores, los daños serían mayores», asegura Laguna. Se cazan «miles y miles de conejos». Así por ejemplo, en el coto de Alcázar de San Juan, de unas 40.000 hectáreas, «se puede llegar a matar al año 50.000 conejos», y en Campo de Criptana, la situación es similar, pues anualmente se caza en él unos 20.000. En otros cotos, como el de Carrión de Calatrava, de unas 10.000 hectáreas se han matado 50.000. «Defendemos la labor esencial y de prevención de los cazadores. Si no fuera por ellos, el problema en el campo sería mayor», subraya.  Los datos hablan por sí solos, por lo que ¿si no se hubiera acabado con esos conejos, qué hubiera sido de las explotaciones agrarias?, se pregunta Laguna, miembro también de la junta directiva de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, quien ha requerido «medidas adicionales» como una menor burocracia para agilizar los permisos y la eliminación de algunas limitaciones para frenar la superabundancia. Los métodos de captura que pueden aplicarse en la comarca de emergencia cinegética son la captura mediante escopeta, hurón y capillo o redes, sin perro, hasta el 8 de febrero de 2025. 

 No solo el campo sufre las consecuencias del conejo, también otras infraestructuras como carreteras, vías férreas y arroyos secos. Lugares, donde centenares de madrigueras perforan los taludes, y donde también «hay miles de conejos» aunque su erradicación es «mucho más compleja y más difícil controlarlos», señala Miguel Laguna, en declaraciones a La Tribuna