El juego de Las Caras y los armaos son dos de las señas de identidad de la Semana Santa de Calzada, una celebración incluida en la Ruta de la Pasión Calatrava, fiesta de Interés Turístico Nacional que ha iniciado los trámites para obtener el reconocimiento internacional. Los tradicionales pasacalles previos a las procesiones y 'El charco', a su conclusión, son otra de las singularidades de una celebración que tiene su punto álgido en la mañana del Viernes Santo.
Ese día, el azar y la tradición de Las Caras hacen que Calzada de Calatrava quintuplique su población. «Es un juego famoso por su originalidad y a pesar de estar fuera de la liturgia cristiana, está muy vinculado a las escrituras porque surge de la venta de los ropajes de Cristo. Además, se celebra en una franja horaria en la que el mal se impone al bien, después de la procesión del camino a la Cruz y hasta el comienzo del Santo Entierro», explica la alcaldesa de la localidad, Gema García.
El Consistorio le va a dedicar a Las Caras la rotonda de entrada al municipio. Dará la bienvenida a vecinos y visitantes con dos monedas (una cara y una cruz) que se instalarán «como si cayesen al ser lanzadas». Debajo de ellas aparecerán las letras de Calzada de Calatrava y la Cruz de Calatrava, y la base será de basalto volcánico. «Va a ser un emblema para el municipio porque representa su identidad», apostilla la regidora.
Aunque respira la tradición de la comarca calatrava, la Semana Santa calzadeña presenta características propias en los pasos, las túnicas y las armaduras de los armaos. También es singular sus dulces de sartén, con el enaceitado como bandera. Los hermanos mayores, después de las procesiones, invitan a todos los participantes a este dulce y a un vaso de limoná, en lo que se denomina 'El charco'.
La instrucción de los armaos y el Pecado Mortal (parejas de mujeres que recogen limosnas para las ánimas benditas) durante la Cuaresma y la Bocina son también dos tradiciones históricas muy arraigadas.