José Manuel Muñoz dejará de ser el secretario provincial de CCOO de Ciudad Real el próximo 6 de marzo tras 12 años en el cargo. Delegado sindical de Carrefour de Puertollano, llegó en un momento de recortes, en noviembre de 2012, y se va cuando se sueña con una reducción de jornada laboral a 37,5 horas. Un momento y otro marcan su tiempo de trabajo, de los recortes a buscar nuevos derechos.
¿Por qué no seguirá en el cargo?
Todos tenemos un momento dentro de las organizaciones y el mío se ha prolongado a los tres mandatos que permiten los estatutos. Según iban pasando los años, el segundo mandato lo planteé como de continuidad y el tercero, también, sobre todo porque veníamos de una crisis sanitaria como era el COVID, pero creo que fue muy eficaz.
Llegó al cargo en una época de recortes. ..
Me encontré una situación bastante convulsa. El 9 de noviembre del 2012, cuando entré, la clase trabajadora estaba en la calle porque veíamos de un desmantelamiento de lo público en Castilla-La Mancha y que afectaba a Ciudad Real. Veíamos cómo se atentaba contra los puestos de atención continuada, contra las oficinas de empleo que se quedaban sin orientadores, cómo se producían recortes en el Sescam, en plazas de limpieza en los colegios o se atacaba la enseñanza pública de una manera alarmante. Además, veíamos que todo eso se juntaba con una reforma laboral del Gobierno de Rajoy y con la reforma de pensiones. Todo esto se sumó a una patronal que tenía también bloqueada la negociación colectiva, con más de 70.000 personas sin convenio. En los primeros años, todo fue conflicto.
A esto se unió, que fruto de malas decisiones políticas, se dio al traste con una dinámica y un objetivo que había en Puertollano, que era cambiar la industria progresivamente a las energías limpias, pero cerraron Silicio, Solaria, Elcogás… El sindicato fue imprescindible en esos momentos para poner un dique de contención y que los trabajadores salieran con unas condiciones que les permitieran vivir dignamente, y que pudieran iniciar un futuro laboral que no se acabase ahí en esas empresas.
¿Esa es la espina de sus años en CCOO?
Es la espina que me llevo, porque a pesar de que hay alternativas en Puertollano a día de hoy, la industria se está reactivando con las renovables, pero todavía queda mucho por hacer para salvar y para igualar a aquel Puertollano industrial que todos conocimos de pequeños. Hoy miro atrás y se han conseguido muchas cosas, pero también se han perdido otras que han dado al traste con la hoja de ruta que teníamos bien labrada.
Otra espina es que sigue muriendo gente en el trabajo. Eso es lo más triste que yo he vivido en el sindicato, el día que me suena el teléfono y me dicen que ha fallecido un trabajador o una trabajadora, para mí es lo peor que he vivido durante todo el tiempo.
¿De esos recortes hemos pasado a un momento de ampliación de derechos?
Me voy un poco más aliviado que cuando vine porque es cierto que toda la clase trabajadora, incluso yo mismo, hemos aprendido una lección que teníamos sobre el papel y que nos la decían nuestros mayores: los derechos no se heredan, los derechos hay que conquistarlos día a día. Eso es algo que se nos olvida y que hemos aprendido durante este tiempo. Cuando llegué habíamos perdido muchos de esos derechos.
¿Cuál es el mayor logro de 12 años?
Convencer a los gobernantes de que las crisis no se afrontan desde las restricciones, los recortes y la austeridad. El golpe de la pandemia fue malísimo para todos, pero puso encima de la mesa que hay otra forma de salir de la crisis, como es proteger con el paraguas del Estado de los impuestos y de lo público. Proteger con aquello que ponen en cuestión constantemente algunos en este país. Me siento orgulloso del trabajo que el sindicato realizó durante la pandemia y se notó además en la afiliación. Hubo un repunte porque los que estaban con ajustes, los que tenían un contrato de media jornada con un salario que se pagaba en B vieron cómo el paraguas del Estado los protegió, pero solo hasta donde estaban declarando. Eso fue una lección para que todos vigilemos que cuando nos contraten se haga con todas las garantías.
¿Se ha mantenido el aumento de afiliación?
La afiliación va fluctuando según el momento que vivamos. Cuando hay una crisis, sube más, cuando hay una mayor estabilidad, hay una relajación por los trabajadores. Eso se suma a las campañas que se orquestan desde las diferentes redes sociales, desde el capitalismo, convenciendo a la gente que no es necesario estar afiliado a los sindicatos o que estos no valen para nada. El sindicato, solo con su presencia, hace que los empresarios tengan un respeto.
¿Qué más derechos se han ganado?
A partir de ahí también hemos visto cómo se acabó con esa reforma laboral. Yo creo que ese es otro logro, ya que después de tanta batalla y manifestaciones conseguimos que se acabase con los puntos más lesivos de la reforma laboral del 2012 y eso ha dado sus frutos con una estabilidad en el empleo y una tranquilidad para los trabajadores, además de con una serie de incrementos salariales que se han producido en el Salario Mínimo Interprofesional y en la conciliación.
¿Cree que le va a dar tiempo a ver la reducción de jornada?
Soy positivo, creo que vamos a verlo. Todos los años, desde que yo negociaba el convenio de comercio hace 24 años, y se pedía la reducción de la jornada de trabajo, alguien decía cómo se va a trabajar menos y se va a cobrar lo mismo o también que eso se dice porque los sindicatos no sabemos qué es crear un puesto de trabajo. Eso es una percepción errónea por parte de la patronal, porque el empleo no lo crea nadie, lo genera el mercado, las necesidades y el consumo. Ese consumo ha subido gracias a que ha subido el Salario Mínimo Interprofesional y, por eso hay más empleo en nuestra provincia. Nunca se ha reconocido por nuestra patronal que ha habido una subida salarial que permite más consumo y la bonanza en las empresas para seguir contratando. Los puestos de trabajo se crean con las políticas adecuadas de empleo, se crean con las decisiones adecuadas y se crean también, sobre todo, con las necesidades del mercado. No conozco a ningún empresario que contrate a más gente de la que necesita para llevar a cabo la producción que saca. Por lo tanto, no es un mérito de unos pocos, es el mérito de una sociedad en general, de un diálogo social, del que también me siento orgulloso. Además, de cara a la reducción de jornada, han cambiado los modelos de producción: se produce más con menos horas de trabajo.
Ahora llega un momento de negociar todo de nuevo en muchos convenios...
Para la negociación colectiva se necesita de un referente. Es muy difícil negociar con la patronal, más si es como Fecir, que no concibe determinados principios. El referente es el Acuerdo de Negociación Colectiva. Cuando se ha alcanzado un acuerdo a nivel general, ha sido más fácil sentarse en las mesas, salvo en este último, que no se ha tenido muy en cuenta por Fecir. El año que viene se abren otra vez casi todas las mesas, pero en ayuda a domicilio, limpieza o residencias de mayores necesitan de un referente. Si no hay avances, tendremos que pasar al siguiente paso, que es la movilización.
¿Se puede negociar todo, incluso el convenio del campo?
El convenio del campo es más de lo mismo. Cuando llegué, ya había problemas y ahora los problemas se acrecientan porque estaban cerrados a negociar cualquier cosa y ahora han tenido que aplicar por imposición que se cumpla el Salario Mínimo Interprofesional y la subida del 50%. Aun así, para solo alcanzar el SMI hemos tenido problemas todos estos años. Se ha firmado año a año y en 2025 aún no se ha firmado. Es un sector muy complejo porque la estabilidad no es la nota dominante y es muy difícil movilizar a los trabajadores. Las patronales lo saben y se aprovechan de esas circunstancias. Con la reforma laboral y los avances en estabilidad en el empleo, llegará el momento en que los trabajadores del campo se movilicen.
Al hilo de esto, me llamaba la atención que, cuando se hablaba de la posibilidad de instalar inmigrantes en el aeropuerto, había quienes decían que no quería tener ahí inmigrantes. Me sorprendía porque he estado viendo durante estos años cómo en las campañas agrícolas hay asentamientos de inmigrantes viviendo en unas situaciones inhumanas. Yo me quedaba noches sin dormir después de ver determinadas imágenes al borde de las autovías, cerca de nuestras poblaciones y no he visto a nadie que haya salido a poner el grito en el cielo por estos asentamientos como han hecho con el aeropuerto. Tampoco cuando los inmigrantes están en naves de los propietarios de explotaciones agrarias malviviendo y con riesgos de tener accidentes, como en alguna ocasión ha pasado.
¿Y ahora qué va a hacer ahora José Manuel Muñoz?
Yo llegué a secretario general porque en esos momentos me lo ofrecieron y conté con el apoyo de la mayoría de la organización. No fue buscado, fue algo casual. En esos momentos me imagino que se buscaría formación, pero sobre todo juventud y tenía ambas cosas. Ahora toca esperar ver qué es lo que pasa y llegar el 6 de marzo. Voy viendo el día a día y tendré que sopesar qué hago. Estoy a disposición de la organización. Antes, ofrecía juventud y los conocimientos que tenía. Hoy son más los conocimientos que tengo. Lo que antes me faltaba, ahora me sobra, y lo que antes tenía, que era la juventud, pues la he perdido. Por lo tanto, lo que sea será, lo diré en su momento, pero cuento con seguir trabajando para Comisiones, desde mi empresa. El compromiso ha sido siempre con mis compañeros y sigo formando parte de esa plantilla, acudiendo a las reuniones puntualmente para conseguir mejoras en un sector tan complejo como el de los grandes almacenes.