Sucedió una noche de diciembre de 2020. Un joven matrimonio de 25 y 27 años, que viajaba en su coche con su hija de dos años, era embestido frontalmente por un vehículo que invadía su carril, concretamente en el kilómetro 24 de la CM-420. El fatal resultado del accidente fue de dos fallecidos, los padres de la niña, y un herido grave, el conductor del vehículo infractor. Ayer martes se celebraba el juicio en el Juzgado de lo Penal número 3 de Ciudad Real, que quedaba visto para sentencia.
Las acusaciones particulares, que representan a las familias de ambos fallecidos, solicitan una pena de cuatro años de prisión por cada una de las víctimas mortales, además de una indemnización por responsabilidad civil superior al millón de euros. Por su parte, la Fiscalía se quedaba solo en una pena de un año por cada fallecido, petición a la que se adhería la defensa del acusado, que reconocía haber provocado el accidente.
Alberto Salas, representante legal de la familia de la fallecida, entre ella sus padres, que son los que se han hecho con la custodia de su nieta, lamenta que la Fiscalía haya mostrado «demasiada tibieza» en un caso como éste, que debe servir de ejemplo para concienciar a la sociedad de los peligros de ponerse al volante sin estar en condiciones. De hecho, el letrado recuerda que el acusado, que tenía entonces 55 años de edad y de iniciales J. A. C, conducía sin permiso de circulación, sin seguro y sin la ITV vigente, y en unas condiciones físicas muy limitadas (padecía una hemiplejía). Por ello, le acusa de un doble delito de homicidio imprudente y un tercero de conducción temeraria. La jueza decidirá.