Prevenir e implicar a las familias

Antonio Criado
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La red de servicios de atención temprana atiende a cerca de 2.100 niños y niñas de cero a seis años, de los que 139 están reconocidos en el Sistema de Atención a la Dependencia

Prevenir e implicar a las familias - Foto: Tomás Fernández de Moya

Una niña de seis años con parálisis cerebral que ha aprendido un sistema de comunicación alternativo y un niño con trastorno del espectro autista que ha podido iniciar la comunicación con sus iguales gracias a los beneficios que aporta la logopedia y a una buena coordinación con su centro educativo han sido los últimos chicos en recibir el alta en el centro de atención temprana de Aspacecire, uno de los más grandes de la provincia de Ciudad Real.

Alrededor de 2.000 niños y niñas han sido atendidos por los profesionales del equipo transdisciplinar de atención temprana de este centro desde 2009. Se trata de un servicio especializado, universal y gratuito de acompañamiento y apoyo a las familias que tienen hijos o hijas de cero a seis años que, debido a dificultades significativas en su desarrollo, presentan necesidades de apoyo especializado, o bien, en los que se aprecian factores de riesgo de que puedan aparecer estas dificultades. La red provincial de servicios de atención temprana, financiada por la Consejería de Bienestar Social, está formada actualmente por 15 entidades, incluidos los ayuntamientos de La Solana y Daimiel, y atiende a 2.081 niños y niñas, de los que 139 están reconocidos en el Sistema de Atención a la Dependencia.

Este domingo, con motivo del Día Nacional de la Atención Temprana, se visibilizaron los avances logrados en los últimos años y se verbalizaron las principales reivindicaciones relacionadas con la atención a la infancia en nuestro país. María Sierra del Prado, coordinadora del servicio de atención temprana en el centro Aspacecire, subraya la importancia que ha adquirido la prevención: «Atendemos todo tipo de alteraciones en el desarrollo, pero también intervenimos con aquellos niños y niñas que presentan algún riesgo leve, para evitar que se convierta en una dificultad mayor con el paso del tiempo». Echa en falta, en este sentido, mayor colaboración por parte de algunos pediatras y centros educativos a la hora de identificar estas situaciones, y hace hincapié en que cada vez trabajan con más casos sociales: «Hemos tenido niños a los que las madres han abandonado en el hospital».

Prevenir e implicar a las familiasPrevenir e implicar a las familias - Foto: Tomás Fernández de MoyaAdemás, la implicación de los familiares ha ido arrinconando al tradicional enfoque clínico: «Antes, los padres venían, te dejaban al niño, se iban a tomar un café, los profesionales trabajaban con él y luego contaban lo que habían hecho;ahora, las familias están presentes en las sesiones, con el objetivo de incluir estrategias en su día a día con las que poder ayudar al niño en casa. Es el cambio de paradigma con el que estamos  trabajando».

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Prevenir e implicar a las familias - Foto: Tomás Fernández de Moya

pasos firmes. Aún queda mucho camino por recorrer, pero se están dando pasos firmes para visibilizar la importancia de este servicio. María Sierra del Prado valora, en este punto, la aprobación, después de 20 años, de una ley nacional para regular la intervención integral de la atención temprana, que ahora están perfilando las diferentes comunidades autónomas, competentes en esta materia. Uno de los objetivos ahora es firmar un concierto con la Consejería para que la partida económica correspondiente al servicio quede reflejada en los presupuestos y no esté supeditada a la convocatoria de ayudas y con la incertidumbre de los plazos de pago. Y también echa en falta mayor promoción de estos recursos. Reconoce que son los propios profesionales los que están tejiendo una red de información para dar a conocer sus bondades entre la ciudadanía.