La caída de las hojas de los árboles supone cada año un reto para el servicio municipal de Limpieza del Ayuntamiento, una tarea ingente para la que el Ayuntamiento ha impulsado un refuerzo de la plantilla. Así, hasta enero habrá un refuerzo de diez operarios y dos conductores, todos ellos a tiempo parcial, explicó el concejal de Servicios a la Ciudad, Gregorio Oraá, quien detalló que el refuerzo respecto al cuadrante normal del servicio supone dos ayudantes y cuatro operarios más.

Del mismo modo, explicó que se han habilitado «horas extra para que las máquinas no paren», de manera que durante las tardes también trabajan en esta tarea dos conductores y tres operarios, mientras que en el caso de los fines de semana, con horas extra, lo hacen tres conductores y cuatro operarios. De esta forma, el Consistorio fomenta el uso de las barredoras y lo hace «en doble turno», por la mañana y por la tarde, de manera que, por ejemplo, los fines de semana se ha pasado de contar con dos equipos de barrido a cinco. A todo ello, prosiguió Oraá en sus declaraciones a La Tribuna, se suma el alquiler de una barredora que se ha llevado a cabo y que cuenta con una tolva de recogida de grandes dimensiones. 

El objetivo. «Lo que se pretende es que no haya acumulación de hojas. Estamos en otoño y tiene que haber hojas, lo que no queremos es que haya acumulación», detalló Oraá, al tiempo que comentó que en muchas ciudades europeas no se lleva a cabo esta tarea de recogida de las hojas. 

Como aspecto favorable de esta labor, explicó que «con el barrido de las hojas nos llevamos toa la suciedad», lo que contribuye, por tanto, a tener una ciudad más limpia. 

Y, ¿qué se hace con la gran cantidad de hojas que se recogen? «Se utiliza como residuo verde, como la poda, para jardines, parterres o abono vegetal. No se tira nada».

De esta forma, al mismo tiempo que se limpian las calles, se reutilizan las hojas para otros aspectos relacionados con parque y jardines. Oraá reconoció el gran volumen de hojas que hay en las calles actualmente debido a la propia estación otoñal y también a la gran cantidad de árboles que hay en la ciudad, con hasta 35.500 ejemplares.