Castellar de Santiago y Alamillo pedirán ser zona catastrófica tras evaluar los daños que este miércoles ocasionó en ambas localidades una fuerte tromba de agua que estuvo acompañada de granizo y viento. En el caso de Castellar de Santiago, la fuerte racha de viento derribó el tejado del pabellón, una de las instalaciones con más actividad en el municipio y «que más vida da al pueblo», enfatiza la regidora, María del Carmen Ballesteros, quien asegura que «el Ayuntamiento hará todo lo posible para solicitar zona catastrófica». Los técnicos municipales y de la Diputación, que se acercaron ayer hasta la localidad, informaron al Ayuntamiento que el resto de la estructura no ha quedado dañada.
Una fuerte tormenta sacudió también este miércoles a Alamillo, cuyo regidor, Ángel Alcalde, lo calificó de tornado. Un fenómeno meteorológico que a su paso por el municipio dejó «un rastro de destrucción considerable» causando la caída de techos y árboles e inundaciones en algunas zonas. Además, el fuerte viento derribó puertas y rompió ventanas en múltiples viviendas. En relación a los edificios municipales, solo se inundó el despacho de Alcaldía pero «sin gravedad».
Tras evaluar los daños, el Ayuntamiento pedirá ayuda a las distintas administraciones como la Diputación y la subdelegación del Gobierno, cuyos máximos dirigentes ya se han puesto en contacto con el regidor para «conocer la situación y trasladarnos su apoyo». El presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, se interesó por todas las localidades de la provincia que se vieron afectadas por el temporal.
Castellar y Alamillo pedirán ser zona catastrófica
Alcalde asegura que la respuesta de los servicios de emergencia ha sido «rápida y eficiente». «Los bomberos y la Guardia Civil han colaborado activamente en las tareas de rescate y recuperación, asegurando las áreas más afectadas y prestando asistencia a los vecinos. Gracias a su intervención, se ha logrado restaurar la calma en Alamillo, aunque el proceso de reparación de los daños será largo».