Un compromiso valiente y perseverante en la búsqueda de la justicia y la equidad. Así es el día a día de Francisco López, que a través de su dedicación incansable desafía las adversidades para promover un cambio significativo en la sociedad, abogando por la igualdad, la dignidad y el acceso a oportunidades para todos. Su lucha es una historia inspiradora de resistencia contra la injusticia y una llamada a la acción para construir un mundo más inclusivo y solidario.
Mención especial, es un orgullo...
Con este premio se reconoce una trayectoria de muchos años dedicada, mayormente, al fomento y la defensa de derechos humanos en distintos ámbitos y en distintos puntos. Evidentemente, estoy orgulloso.
En esa defensa de los derechos humanos, ¿qué debemos mejorar en la sociedad?
Lo que es evidente que, a día de hoy, los derechos fundamentales no se dan en muchísimos lugares del mundo. Y no solamente estamos hablando de países tercermundistas, incluso en nuestros países superdesarrollados hay conculcación de derechos significativos todos los días. Parece que los derechos humanos solo se conculcan en otros países como puede ser Latinoamérica, África… pero aquí, hay aspectos del día a día que son vulnerados.
Como catedrático de farmacología, ¿existe mucha vulnerabilidad de los derechos humanos?
He trabajado mucho en estas líneas paralelas de los derechos humanos a los que denomino como serendipia. No es casualidad pura. Llegue a todo ello a través de la investigación clínica, los ensayos clínicos. Como en algunos sitios, y en algunos momentos de la historia, se ha violado los derechos fundamentales de los pacientes a la hora de la investigación farmacológica o médica. Todo esto también me llevó al mundo del Tercer Reich, donde los experimentos fueron una atrocidad, cometidos de manera planificada en campos de concentración...
Acabé formando un grupo de trabajo con el que conseguimos darle mucha difusión a todas estas violaciones de los derechos humanos.
¿En España cómo estamos?
En nuestro medio, en Europa, tan desarrollada, es más difícil en este campo concreto de la investigación empírica porque está muy regulada desde el punto de vista ético, deontológico... es más difícil.
En otros países desarrollados, como es Estados Unidos, la investigación biomédica es pagada y esto ya supone una conculcación importante de derechos. Todos sabemos que hay personas que se dedican a participar en ensayos en Fase Clínica I y Clínica II por la compensación económica que supone. Esto es algo inadmisible en países como España y muchos países europeos. Pero en países desarrollados, tipo Estados Unidos, sigue pasando en el campo de la investigación biomédica.
Al hilo de Estados Unidos y los derechos sociales, está la pena de muerte por inyección letal...
Allí se vendía como una muerte limpia, sin sufrimiento... y los resultados de nuestra investigación demostraron todo lo contrario. Gracias a esos trabajos de investigación, realizados con una universidad de Miami, y la fiscalía, se pudo proceder a una moratoria de la aplicación de la pena de muerte en once estados norteamericanos. Lo cual es una enorme satisfacción.
¿Desde Europa se mira con preocupación esta vulneración de los derechos?
La pena de muerte, por ejemplo, es algo que está muy lejos ya y yo creo que es algo irreversible que vuelva a Europa.
Lo que tratamos desde el Observatorio de los Derechos Humanos en España es premiar y distinguir actividades hechas por personas, instituciones, empresas... que hayan favorecido la promoción, la divulgación, e incluso la aplicación de derechos humanos. Buscamos acciones ejemplares.
¿Estamos muy lejos de conseguir ese 100% de derechos humanos fundamentales?
Si tenemos en cuenta otros aspectos sociales yo diría que no estamos al 100%. Tenemos una legislación muy avanzada, protectora... pero simplemente tenemos que pensar que en casos como la inmigración ilegal nos faltan todavía avances importantes en este sentido.
Es difícil. Es un tema bastante difícil de abordar, pero yo creo que se pueden hacer muchas más cosas.
También es el caso de la prostitución, si legal o no legal... Hay ciertas situaciones en la sociedad actual de los países del primer mundo, donde todavía hay campos muy amplios en los que ejercitarse.
¿Y en Castilla-La Mancha?
Esa es la pregunta del millón. Yo creo que son circunstancias donde inciden tantos factores que muchas veces es difícil de alcanzar un éxito al 100%. Pero de lo que no cabe duda es de que en los últimos años hemos avanzado en este sentido muchísimo. En España en general, y por supuesto, en Castilla-La Mancha.
Nos quedan cosas por hacer, eso de seguro, pero el futuro que nos espera es alentador en el sentido de los derechos humanos. Un compromiso valiente y perseverante en la búsqueda de la justicia y la equidad. Así es el día a día de Francisco López, que a través de su dedicación incansable desafía las adversidades para promover un cambio significativo en la sociedad, abogando por la igualdad, la dignidad y el acceso a oportunidades para todos. Su lucha es una historia inspiradora de resistencia contra la injusticia y una llamada a la acción para construir un mundo más inclusivo y solidario.