Manuel Blanco vuelve a actuar en Daimiel por una causa solidaria. Tras el lleno del año pasado en un concierto dedicado a ayudar en la conservación del santuario de la Virgen de las Cruces, el trompetista acude ahora en ayuda de la «hermandad del órgano», el grupo de personas que han hecho que la iglesia de Santa María cuente con uno de los mejores órganos de Europa, un Stolz, que se inauguró hace dos años y que en este 2024 se ha terminado su restauración. Será un concierto que realizará junto al organista Daniel Oyarzabal el próximo 24 de noviembre, a las 17 horas.
«Estamos preparando el concierto con muchísima ilusión porque tiene mucha carga afectiva», explicó Blanco, quien destacó el papel de la comunidad encargada de traer el órgano hasta Daimiel. «Si no tengo mal los datos, solo tenemos tres órganos así en España y cuando lo comenté con mis organistas, con los que suelo hacer dúo, tanto con Daniel Oyarzabal como con Pablo Márquez, me decían, que este es el 'Ferrari' de los órganos». Se trata, dijo, de «una obra maestra única que han tenido las mejores iglesias o catedrales de Europa», convirtiéndose en «uno de los mejores legados culturales» que pueda tener Daimiel.
Manuel Blanco, que es miembro de la Orquesta Nacional de España y es uno de los trompetistas más importantes del panorama español y europeo, señala que para él es especial actuar en su ciudad. «No es lo mismo tocar un concierto, de los últimos que he hecho fuera, en Estambul, o donde sea, que el público es entendido y está deseando verte a uno de su ciudad». Los primeros, indicó, los prepara «de la mejor manera posible» porque «siempre» intenta emocionar con sus interpretaciones. Mientras, los segundos implican «tocar para la gente que te sigue tanto, que te manda tantos mensajes». Implica actuar «para la familia, amigos» y eso lo hace «muy especial». De hecho, afirma que ya van apareciendo «nervios», como un «hormiguero por el estómago».
El objetivo del concierto del próximo domingo será sacar al órgano «sus máximas prestaciones» y hacerlo con un repertorio «que llegue a la gente». «Va a abarcar desde el barroco a música romántica y más moderna». Esto implica que sonará una tocata de Martini, algún coral de Johann Sebastian Bach, temas de Georg Philipp Telemann o Felix Mendelssohn y habrá «unos arreglos de música sinfónica» y orquestal interpretada en el órgano y también «una transcripción de Bach y Vivaldi», transcrito para órgano y trompeta.
Los dos músicos tienen previsto hacer un ensayo con el objetivo de que salga perfecto el concierto porque el órgano es «un instrumento muy sensible, que dependiendo de la temperatura que vaya a hacer puede cambiar su afinación». La idea es comprobar también la reverberación que es un elemento clave de cualquier concierto que se haga en una iglesia y el objetivo de Blanco es dar el máximo ante su público.
El concierto llega casi al cierre de un año que el daimieleño califica como «muy intenso, pero satisfactorio porque todos los conciertos han ido saliendo muy bien». «Me encuentro cada día con más ilusión, me noto con más control y disfruto mucho con lo que hago». Además, cree que ese sentimiento es mutuo con un público que «disfruta mucho» de sus actuaciones. «Es la magia que tiene la música», indica.
La entrada-donativo del concierto de este domingo tiene un coste de 15 euros y se puede retirar en los salones parroquiales de la iglesia o en el mismo día del concierto hasta completar aforo. La apertura de puertas se iniciará una hora antes. Además, hay un donativo para la fila cero que se puede hacer en la cuenta de la parroquia: ES67-3190-2048-0120-2873-0618.