Las obras de peatonalización están causando perjuicios a algunos comercios de la capital. El presidente de PymeReal, José María Ruiz, explicó que los trabajos que se están ejecutando están afectando al tráfico y, con ello, a la voluntad de los clientes de coger el coche y de desplazarse hasta el centro para realizar compras. El resultado: comercios que ya se están resintiendo, como es el caso de los ubicados en la calle Ciruela.   

«Llevamos dos meses de obra y en una semana no se ha avanzado ni un centímetro, pero el comercio lo ha sufrido», dijo tras comentar que en las vallas que se han instalado en la obra se podrían haber serigrafiado indicaciones sobre los comercios que siguen abiertos en esta calle y que, aseguran, están sufriendo su impacto. 

A ello se suma el hecho de que el Ayuntamiento haya proyectado el arreglo de los disuasorios y la creación de otros nuevos después de que haya varias calles levantadas, con la pérdida de plazas de zona azul que han supuesto. «Ya vamos tarde, como siempre». 

Otro aspecto negativo que señaló para el comercio es el uso que se le está dando a las pantallas que se instalaron en su día en las entradas de la ciudad para la Zona de Bajas Emisiones. «Como hay obras, ponen que hay tráfico lento», lo que desincentiva aún más la posibilidad de que vengan clientes de otros pueblos a comprar. «Ciudad Real es muy cómoda para ir andando desde el centro, pero quien vive fuera de ronda o tiene que venir de otros pueblos no lo es», dijo en referencia al 'calvario' que supone para algunos usuarios el encontrar plazas de aparcamiento. 

En la lista de aspectos negativos y que aseguró haber trasladado ya a responsables municipales, sumó la falta de bonos del comercio este año, a diferencia de los ejercicios pasados. «Ante la situación en la que estamos, cualquier cosa ayuda». Por eso, aseguró que los únicos comercios que proliferan en el centro son las peluquerías, arreglo de uñas o pequeños gimnasios en los que solo trabaje una persona y trate de sacar el negocio adelante. Eso, dijo, debe llevar a una reflexión acerca de la gestión que se está haciendo, a lo que se suma además la competencia de las ventas por internet. 

«En Ciudad Real, el pálpito es a ver cómo pasamos las navidades y a ver si las pasamos», sentenció.