La selección española de balonmano deberá volver a mostrar su capacidad de adaptación y de «reinventarse» en el Mundial que arranca hoy en Croacia, Dinamarca y Noruega, que los 'Hispanos' afrontarán con un jovencísimo equipo.
«Una de las cosas que mejor ha hecho siempre la selección es reinventarse. Entre sus señas de identidad está su capacidad para adaptarse a cualquier problema y saberlo solventar», señaló ayer Jordi Ribera.
Versatilidad que no solo será necesaria para integrar lo más rápido posible a los hasta cinco jugadores, cuatro de ellos todavía en edad júnior, que disputarán su primer gran torneo internacional con la absoluta, sino también para sobreponerse a bajas de última hora como la de Kauldi Odriozola.
«A los cinco minutos de la segunda parte del último partido con Noruega Kauldi sufrió una rotura fibrilar en el gemelo de la pierna derecha y tendrá que perderse el Mundial», anunció el seleccionador en el acto de despedida antes de poner rumbo a Noruega.
Ausencia que obligó al preparador a convocar de urgencia a León Carlos Álvarez, de 21 años, que ya debutó el pasado noviembre con el equipo en los encuentros de clasificación para el Europeo 2026 ante Italia y Letonia.
Pero el gallego no será el más joven de un ya de por sí rejuvenecido conjunto nacional, que presentará en escena a los bisoños Ian Barrufet y Víctor Romero, de 20 años, así como a los mellizos Petar y Djordje Cilkusa, que cumplieron los 19 el último mes de diciembre.
Una falta de experiencia que los 'Hispanos' parecen dispuestos a compensar con más trabajo y lucha que nunca, como demostraron con la victoria (33-31) que cosecharon el pasado sábado en Castellón sobre Noruega, uno de los claros aspirantes a medalla en el torneo.
«El partido nos sirvió para darnos cuenta de que, si competimos como sabemos, podemos ganar a un equipo más hecho y con más experiencia», señaló el capitán y portero del bloque, Gonzalo Pérez de Vargas.
A un paso de la gesta
La clara favorita al oro es Dinamarca, que tratará de agigantar su leyenda e intentará convertirse en el primer equipo en toda la historia en encadenar cuatro títulos consecutivos.
Un reto que no lograron ni la legendaria Rumanía, que ganó cuatro Mundiales en cinco ediciones entre 1961 y 1974, ni los míticos 'Experts', de Francia liderados por Nikola Karabatic y Thierry Omeyer, que sumaron cuatro en los cinco disputados entre 2009 y 2017.
Pero si hay alguien capaz de lograr tan titánica gesta es el cuadro nórdico, que actualmente parece un escalón por encima de cualquiera, pese a la ausencia de estrellas como Mikkel Hansen, que puso fin a su carrera tras los Juegos, o Niklas Landin, que dejó la selección tras la cita olímpica.
Por su parte, los galos tratarán de resarcirse del batacazo que sufrieron en París 2024, donde no lucharon por medalla.