En junio de 2018 se enterró lo que había del Plan de Ordenación Municipal (POM) que se había promovido en 2006, siendo entonces concejal de Urbanismo el actual alcalde, Francisco Cañizares. 

En esa fecha, el equipo de Gobierno de Pilar Zamora pagó casi 80.000 euros para liquidar el contrato con la empresas a la que se le había encargado la redacción de ese POM, la UTE Soluziona-Lasso Consultores, cerrando la puerta así a un nuevo documento urbanístico que regulase la ciudad. Desde entonces, la hoja de ruta a seguir ha sido el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que data de 1997, y cuya vigencia defendieron los socialistas, aunque introduciendo modificaciones como la que permitió cambiar la llamada UE-Plaza, la regulación de los solares y bloques de la plaza Mayor. 

Ahora, con Cañizares de nuevo al frente, se retoma la idea de actualizar la regulación urbanística de la ciudad. «Es una cosa que tenemos que retomar y ver de qué forma», afirmó a La Tribuna la concejala de Urbanismo, Yolanda Torres, quien reconoció que desde que arranca la redacción de un documento de este tipo hasta que finaliza pasan varios años, por lo que la idea es «sentar las bases» para su inicio, bien sea «este año o el que viene». 

Detalló que, mientras que un plan general es «más ambicioso», un POM es «más puntual», y de momento no se ha decidido el formato que se impulsará. «Primero hay que ver lo que tenemos, de qué forma regularlo, y ver si con un POM o un plan general, no hay nada decidido», expuso.

El trabajo por delante es arduo y con multitud de trámites. De hecho, es consciente de que en los algo más de dos años que quedan de legislatura, no se culminaría, pero reconoció que «hay voluntad de darle una vuelta a Ciudad Real, ver de qué manera ordenamos lo que existe». 

Hasta que esté listo el futuro POM o PGOU podrían pasar «cinco o seis años», por lo que el documento urbanístico de referencia seguirá siendo el plan general de 1997. 

El POM que se enterró en 2018 y que se había presentado en 2010 preveía una ciudad para 182.775 habitantes y 66.223 viviendas en los dos sexenios programados, del mismo modo que contemplaba la construcción del intercambiador entre la estación de autobuses y la estación de ferrocarril, el desarrollo del campus, la delimitación de una plataforma logística junto al aeropuerto, la finalización de la segunda ronda, aparcamientos disuasorios, además de una red básica de carriles bici en paralelo a las rondas y otros recorridos radiales hacia El Vicario, Las Casas, La Atalaya, el Reino de Don Quijote y Valverde. Muchas de estas actuación aún no son una realidad.