El aeropuerto de Ciudad Real vivió ayer su primera jornada de cierre del espacio aéreo, previsto hasta el mes de agosto, tras la ruptura definitiva de las negociaciones la noche del lunes entre la empresa gestora de la infraestructura aeroportuaria, CRIA, y Asegura Control, la responsable del programa de security del aeropuerto en la última década y que denuncia impagos por sus servicios en los últimos diez meses.
El consejero delegado de Asegura Control, Antonio García, explicó a La Tribuna que el montante adeudado a su empresa ronda los 320.000 euros, cantidad a la que suma los daños y perjuicios originados en ese periodo por la falta de pagos «que comprometen nuestro futuro». Eso ha provocado que acudan a un ERTE para los nueve vigilantes que tiene en plantilla en Ciudad Real, al menos, hasta finales de septiembre, si no se paga la deuda o si el aeropuerto no contrata ese servicio con otra empresa y subroga a los empleados, alguno, con 25 años de experiencia.
García cifraba en unos 1.200 euros el coste diario de la vigilancia del aeropuerto para su compañía, que el lunes por la noche dejó de prestar ese servicio y que ya ha acudido al juzgado para reclamar el dinero que se les debe, dejando al aeropuerto sin una seguridad que, según explican desde AESA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, es «imprescindible. Si no hay un programa de security, el aeropuerto no puede funcionar», indicaron. La decisión de abandonar las instalaciones del aeropuerto fue comunicada desde Asegura Control a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, que se personaron en el aeropuerto para levantar acta del cese de la prestación del servicio de seguridad privada, que incluye la protección y la salvaguarda de los pasajeros, las tripulaciones, el personal en tierra, el público, a las aeronaves, las instalaciones que prestan servicio a la aviación civil internacional y los datos necesarios para la prestación de servicios de Navegación aérea.
Precisamente la Guardia Civil y la Policía Nacional continuarán durante este tiempo realizando labores de vigilancia, velando por la seguridad del aeropuerto. La primera tiene encomendada la seguridad y el resguardo aduanero y la segunda, todo lo que conlleva el proceso de extranjería, control de pasajeros y fronterizo. Eso sí, una vez cerrado el espacio aéreo, los agentes de la Brigada de Extranjería no están ya en las instalaciones, pero sí hay tareas de control de seguridad de una infraestructura «crítica» y acuden vehículos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a la zona para realizar la vigilancia.
«Se sigue el protocolo de seguridad del aeropuerto», explicaron las fuentes consultadas, aunque desde Asegura Control indicaban que ese trabajo debe realizarlo una empresa privada, «porque no es viable tener a guardias civiles o policías vigilando las cámaras o en el arco de seguridad de manera constante». García explicó que ellos están abiertos, si cobran su deuda, a volver «en tres horas».
Ayer, los trabajadores que prestan su servicio en otras empresas radicadas en el aeropuerto, como las que realizan el mantenimiento de las aeronaves, podían acceder a la zona aire con normalidad, pese a la falta de seguridad. Alguna, como JAS, contrató vigilancia privada para los más de 20 aviones que mantiene en Ciudad Real en tareas de preservación.
Otras compañías que dan servicio al aeropuerto, como el caso de Aviación servicio Andalucía, responsable del handling, aseguran a este diario que «todo está correcto» y que no se les debe nada, mientras la responsable de la prestación del servicio de la torre de control, Saerco, o el servicio de bomberos, Falck, rechazaron pronunciarse.