Se comprende que la primera reunión del nuevo gobierno estuviera marcada por la euforia, que el ambiente fuera magnífico, como dijo la nueva portavoz, Pilar Alegría. Sin embargo la situación no es tan idílica y ya asoman los problemas anunciados de antemano.
El más importante, aunque desde el gobierno lo han minusvalorado, , es el ocurrido en el pleno del parlamento europeo en el que se ha debatido sobre el proyecto de amnistía que ha negociado Sánchez con los independentistas catalanes. No había que redactar unas conclusiones, ni votar nada, solo exponer los hechos; pero el comisario de Justicia, Reynders, que lleva tiempo siguiendo de cerca lo que ocurre en la Justicia española, fue muy contundente: la aprobación de una ley de amnistía es cuestión interna española … pero Europa vigilará que cumpla estrictamente con lo que recoge el Tratado de la UE. Y en caso de que fuera necesario, se llevaría al Tribunal de Justicia Europea.
Ya pueden andar con ojo Sánchez, Bolaños y sus negociadores. El Tratado no acepta el perdón a condenados por delito de terrorismo, y el juez García Castellón ha indagado sobre las relaciones entre Puigdemont y Tsunami Democratic, cree que es una organización que puede ser considerada grupo terrorista y ha pasado los trastos al Tribunal Supremo. No debe estar muy contento Puigdemont, capaz de exigir al Ejecutivo que utilice más cartas de las ya utilizadas hasta ahora contra el Judicial. Y ahí Reynders y el TJEU pueden parar los pies al gobierno … y Junts retirar su apoyo a Sánchez en esta legislatura.
Más. Se ha concretado, como se suponía, la ruptura de Podemos con Sumar, 5 escaños preciosos que Yolanda Días no controlará. La única duda es si Podemos se queda en el grupo parlamentario de Sumar haciendo la guerra desde dentro o se va al Mixto haciendo la guerra desde fuera. Pero habrá la guerra. Y más todavía: en el Tribunal Constitucional hay movida con Juan Carlos Campo. El ex ministro de Justicia, contrario a la amnistía, ha dejado claro a sus compañeros que no se cuente con su apoyo y les ha pedido que se abstengan o voten a favor de la posible recusación que se va a presentar contra él. Los vocales progresistas mantienen la mayoría, pero…
Sánchez se ha ido a Israel y se ha posicionado abiertamente con los palestinos. No con Hamas, sino con los palestinos, pero como no pronuncie una sola palabra de condena a Hamas perderá muchos puntos ante las autoridades de la UE, incluida su amiga Ursula Van der Leyen y también Josep Borrell, que en más de una ocasión ha reivindicado el derecho de Israel de defenderse ante el terrorismo.
La euforia es mala consejera. Un Sánchez que pierde adeptos en España por sus amistades peligrosas, podría perder también algunas de las amistades influyentes con las que cuenta en Bruselas. Donde se andan con mucho tiento porque en junio se celebran elecciones europeas.