Abogado de profesión, Antonio Martínez Blasco decidió hace unos años ocuparse del negocio familiar dedicado al sector ganadero. En 2016 se convirtió en el primer ganadero presidente de la Fundación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Queso Manchego, cargo para el que hace tan solo unos meses ha vuelto a ser reelegido por unanimidad, por lo que volverá a ostentar el cargo de la presidencia hasta 2024.

Ha sido reelegido presidente del Consejo Regulador de la DO Queso Manchego. ¿Está satisfecho?

Pues sí, muy contento, pues además de ser el primer ganadero presidente del Consejo Regulador, soy el primero en volver a ser reelegido en los cerca de 30 años de historia que tiene el Consejo, por lo que me llena de orgullo. En las últimas elecciones no se presentó nadie más porque había un respaldo unánime al trabajo que se ha desarrollado en la anterior legislatura. Por todo eso estoy muy contento, pero también soy consciente de la responsabilidad que conlleva y de todo lo que aún queda por hacer, y que espero poder seguir haciendo en los próximos años.

¿Qué balance hace de su anterior mandato?

Cuatro años pasan muy rápido, pues cuando llegas tienes que coger el pulso a la institución, en este caso al consejo regulador. Y uno de los motivos por los que me alegra también haber sido reelegido como presidente es que con esta renovación se va a poder continuar con nuestra línea de trabajo sin necesidad de tener ese periodo de adaptación al que me he referido anteriormente.

Mirando al futuro, ¿qué retos se ha marcado para estos años?

Vamos a afrontar con mucha ilusión el poder seguir trabajando en retos que, como siempre, van a ser el de impulsar la promoción del queso manchego, continuar pendientes de la formación del consumidor para que sepa identificar lo que es queso manchego de lo que no y llevar a buen puerto todos los problemas que vayan surgiendo, y que esperemos estar preparados para saber afrontarlos.

Ganadero y presidente del Consejo Regulador de la DO queso manchego. ¿Es muy difícil representar a estos dos sectores, el ganadero y el quesero?

Muchas veces es complicado, porque el sector ganadero siempre es un poco el patito feo o el más perjudicado, entre comillas, ya que el sector primario no tiene capacidad en muchas ocasiones para negociar los precios de su producto y no puede poner el precio de la leche libremente, siempre vinculado a la oferta y demanda del queso. Y eso nos llevó, por ejemplo, a la crisis del precio del año 2017, donde no fue nada cómodo ser ganadero y presidente del Consejo Regulador del Queso Manchego.

Pero la leche de oveja manchega es una de las más caras del mundo...

Efectivamente, pero el problema es que no es la más productiva del mundo. Hablamos de un animal que tiene una producción de entorno a 125 y 150 litros, y en Castilla-La Mancha hay muchas ganaderías productivas, pero su leche no vale para elaborar este producto porque no es de raza manchega, ya que es la única leche permitida para la fabricación de este queso. Que el precio de la leche de oveja manchega sea uno de los más caros del mundo nos debe de llenar de orgullo, ya que ofrecemos uno de los quesos más prestigiosos de España y del mundo entero. Aunque también es verdad que el precio al que se le paga al ganadero no es suficiente para poder cubrir los costes de producción.

¿Ese tipo de leche es lo que le hace al queso manchego ser único en el mundo?

Evidentemente, el principal elemento del queso manchego es la leche de una raza única que solo vive en España, y concretamente en La Mancha, pero existen otras muchas características organolépticas que ofrecen un producto diferente de una calidad espectacular. Sin olvidar el gran trabajo de las queserías de Castilla-La Mancha inscritas en el Consejo Regulador y la dedicación y el trabajo de la Fundación de certificar que se cumplen todos los requisitos que establece el pliego de condiciones. Ninguna ganadería puede salirse de los parámetros exigidos para elaborar queso manchego, ya que no se permiten especialidades como el queso a romero, a trufa... Aunque estén elaborados con leche de oveja manchega no se permite este tipo de especialidades, por lo que serían automáticamente descalificados al no considerarse queso manchego. Se trata de preservar ese producto único y originario de La Mancha con la pureza y el respeto que se merece.

Un objetivo alcanzado ha sido erradicar el uso indebido del término manchego aplicado al queso. ¿Qué supuso este logro?

Después de conseguir que se reconociera la denominación de origen queso manchego, el segundo hito más importante del consejo regulador ha sido este. Una sentencia favorable que ha costado doce años de trabajo y esfuerzo y que reconoce que no se pueden utilizar elementos gráficos alegóricos a La Mancha como son por ejemplo los molinos para intensificar quesos que no son manchegos porque se confunde al consumidor. Una batalla judicial muy larga en la que ha habido momentos de flaqueza, pero el Tribunal de Justicia Europeo, con criterio, vino a reconocer que el uso de estos símbolos puede crear una confusión importante en el consumidor, por lo que el trabajo ahora se centrará en hacer firme la sentencia en aquellas queserías que usan estos símbolos en quesos que no son manchegos. Un trabajo largo que nos llevará toda la legislatura.

El año pasado se cerró con un récord de producción de más de 17 millones de kilos. ¿Cómo esperan este año?

Afortunadamente, llevamos muchos años en los que la producción va al alza por el buen trabajo de los ganaderos y el esfuerzo de los queseros a la hora de comercializarlo y ponerlo en valor, por lo que cada vez hay más demanda de queso manchego. A pesar de todo lo que nos está pasando, porque al final siempre hay un obstáculo que salvar, esperamos llegar este año a los 90 millones de litros de leche producida y a los 18 millones de kilos.

Entonces, ¿se espera que el coronavirus no afecte a esa buena tendencia al alza?

Hasta el mes de marzo, con la llegada de la pandemia, la producción iba por encima en relación con el año 2019. Gracias al buen trabajo de las queserías, del Consejo Regulador y a la fuerte demanda que hay de queso manchego a nivel internacional las exportaciones han seguido tirando de este producto a pesar de los aranceles, del miedo al Brexit y al coronavirus. Hubo mucha incertidumbre y miedo en marzo, pero podemos estar orgullosos de haber despedido 2020 con las cámaras prácticamente vacías y sin existencias, y eso es lo que realmente marca si el año ha sido bueno o no. A pesar de todo lo que ha pasado, tenemos que estar orgullosos de que la producción de leche y las exportaciones se ha mantenido, por lo que espero que para 2021 se llegue a esos 90 millones de litros.

¿Y cómo han repercutido las políticas arancelarias de Estados Unidos a este producto?

Este ha sido uno de los principales problemas, ya que nuestro consumidor fundamental es Estados Unidos dentro del mercado exterior. Estados Unidos consume un 30 por ciento de producción de queso manchego, por lo que cuando el Gobierno de Trump planteó los aranceles también pasamos mucho miedo. Pero a pesar de esa subida de precios, las exportaciones han seguido al mismo ritmo y el consumidor americano, que suele ser de un nivel económico medio-alto, ha continuado comprando queso manchego. Al final todo esto nos lleva a recapacitar de que tenemos uno de los mejores quesos del mundo, embajador de la región, y que a donde va triunfa.

¿Qué proyectos tiene el Consejo Regulador para este año?

El más inminente es estudiar la campaña de promoción para este año. Estamos muy contentos con el resultado de la campaña de los últimos años que ha protagonizado Alberto Chicote, chef y presentador de televisión, siempre tratando de lanzar un mensaje de formación al consumidor para saber identificar un queso manchego de otro que no lo es. También se ha hecho una campaña didáctica en todos los colegios de la región y se ha asistido a varias ferias y catas, por lo que la idea del patronato es dar continuidad a este tipo de acciones que se estaban desarrollando, ya que es muy importante formar al consumidor para identificar al queso más imitado. Si todo el queso que se vende como manchego lo fuera, no habría que acudir a la exportación, y exportamos un 70%.