Pregonero de la Feria de Mayo. ¿Qué se siente?
Lo primero, mucho agradecimiento. Es un honor y un orgullo muy grande dar ese pregón, que en mi caso estará lleno de memoria y literatura. Puertollano es el pueblo en el que nací, y que siempre llevo en el corazón. Haber sido alcalde y pregonero de Puertollano son dos actividades y responsabilidades que me llenan profundamente por dentro.
Entonces, va a pasar de alcalde a pregonero.
Sí. Una de las cosas más bonitas por las que uno puede luchar es ser alcalde del pueblo en el que ha nacido y vivido. Para mí fue un orgullo ser alcalde pero también lo fue ser concejal de Festejos, de Educación y Cultura y teniente de alcalde. Y agradezco al alcalde Puertollano, Miguel Ángel Ruiz, que me llamara por teléfono y me pidiera ser pregonero. Veré a mucha gente conocida de muchos años y haré una intervención que he titulado Puertollano: escenas de una memoria y en la que hablaré de mi infancia, adolescencia y juventud, y de ese Puertollano en la memoria que el tiempo va ocultando pero que sin embargo sigue vivo en la memoria de mucha gente. Estoy rescatando numerosos momentos de esa etapa de mi vida, por lo que espero llevar a la gente a ese Puertollano de ayer.
¿Y qué escenas tiene en su memoria de Puertollano?
En mi cabeza hay muchísimos. Del colegio, en la época de la posguerra, recuerdo que nos daban leche en polvo por los acuerdos que hubo del franquismo con Estados Unidos, quien ayudó a España con alimentos. Demasiados recuerdos, y todo aquel que le guste la lectura de la nostalgia desde la poesía y la literatura espero que disfrute de mi pregón.
¿Habrá también recuerdos de gente que hoy ya no está entre nosotros?
Por supuesto. Hablaré de personas concretas como, por ejemplo, el guerrero, un personaje que creo que ya no conozca nadie. Tenía una imprenta, y un día apareció en el pueblo con barba y sotana blanca como si fuera un profeta, y luego se fue a vivir en una cueva de la montaña. La gente empezó a decir que se había vuelto loco porque había leído muchos libros. Hablaré de él y de otros personajes más, pero sobre todo de espacios y de edificios que no están y de costumbres que ya no se tienen. Por ejemplo, recordará que ahora todos estamos acostumbrados a los semáforos, pero antes había algo mucho más humano que era 'el guardia de la porra' que dirigía el tráfico con un casco bobby inglés subido en un cubo gigante. Rescataré muchos momentos del pasado, pues somos memoria y olvido.
No pasa desapercibido que un alcalde exsocialista sea designado pregonero por un Gobierno del Partido Popular.
Me parece sano y se lo agradezco muchísimo al alcalde y a la Corporación, quienes han visto a la persona antes que cualquier otra cosa. Uno tiene derecho a su ideología, pero en estos momentos no milito en ningún partido aunque quien me lee y conoce cómo escribo sabe que mantengo una posición progresista pero siempre racional, sana y sin ir contra nadie. Es un gesto sano por parte de la Corporación del Partido Popular y lleno, para mi, de justicia. Estoy encantado de que me hayan llamado.
Dice que ser alcalde y pregonero del lugar donde se crio es un orgullo. Usted ha sido ya las dos cosas, ¿le que queda por conseguir?
Bueno, podría decir aquello de plantar un árbol, ¿no? La vida es ser alcalde, escribir un libro y plantar un árbol. Escribir ya lo tengo suficientemente y nunca he plantado un árbol. O sea, que sembraré un árbol. Aparte de trabajar ya en la próxima edición de la Feria Nacional del Vino (Fenavin), claro.
Entonces, el Partido Popular le mantiene al frente de la Dirección de Fenavin.
Soy funcionario, por lo que como funcionario, quien a mí me paga es el pueblo español, y a quien tengo que poner mis capacidades es a la institución. Evidentemente, la institución la gobiernan las personas. Y las personas que gobiernan es quien decide el pueblo. Lo que el pueblo decida, pues los funcionarios lo aceptamos y ofrecemos toda nuestra capacidad a esos representantes. O sea, que esto para mí está dentro de una lógica de funcionamiento. Y luego el hecho de que me hayan llamado para el pregón, pues lo agradezco mucho. Dejé la política hace ya 35 años y no tengo militancia en ningún sitio. Quien me busque, sea el PP, el PSOE o quien sea que lo haga por mis capacidades y no por mis ideas políticas, ni por mis militancias. Si por mis capacidades se entiende que puedo realizar una labor, pues si me conviene o me interesa, como es este caso, estaré encantado, sea quien sea. Y al final, tenga en cuenta que vivimos en una democracia.
Su primer pregón, pero no la primera vez que habla en público. ¿Hay nervios?
Soy experto en la materia, y tengo escritos más de 2.000 artículos en muchos periódicos y he publicado bastantes libros. He sido político y he dado numerosos mitínes y he hablado muchas veces en público, pero ante este acto, por los amigos y la familia que va a estar, sientes que hay una expectativa que marco un sentido de la responsabilidad que hace que te cueste más. Coger la pluma y ponerme a escribir ha sido algo que he hecho ciento de veces, pero en este caso siento una gran responsabilidad por la expectativa de la gente que va a acudir y que espera que les alimente el corazón durante el tiempo que dure el pregón.
A sus espaldas, numerosos artículos. ¿Qué le ha costado más, escribir el pregón o un artículo?
Mucho más. Ojalá fuera escribir un artículo. Como le decía antes, en este caso, para mí la exigencia de responder a la expectativa de la gente que me conoce y que me quiere o que espera de mí algo distinto o especial por haber sido escritor o alcalde me crea una especie de carga encima que me responsabiliza y me cuesta mucho más.