La intención del Gobierno central, a través del Ministerio de Migraciones, de plantear un centro de acogida temporal de inmigrantes en el aeropuerto de Ciudad Real ha conseguido unir a PSOE, PP, Vox y Podemos, a los agentes sociales y a las ONG en contra de un proyecto que ayer volvieron a rechazar el Gobierno de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de la capital y la Diputación de Ciudad Real, que avanzó que se pronunciará, a través de sus órganos de Gobierno, «en contra de la decisión de promover un centro de acogida de inmigrantes irregulares en las instalaciones del aeropuerto de Ciudad Real». Así lo anunció la portavoz, Rocío Zarco, quien añadió que el rechazo a esta instalación se hará llegar «cuanto antes» al Gobierno de España a través de los cauces oficiales. Zarco señaló que este tipo de iniciativas suponen «un ataque a la dignidad de los seres humanos». E insistió en que «no es aceptable hacinarlos en espacios que no cumplen con las condiciones mínimas de dignidad y bienestar. La Diputación se mantiene firme en su compromiso con la defensa de los derechos humanos, y entiende que la atención a las personas en situación vulnerable debe realizarse desde un enfoque humanitario y responsable, con soluciones que respeten su integridad y aseguren una verdadera integración social», afirmó.

Vox también anunció el registro de una moción para el próximo pleno del Ayuntamiento de la capital, donde el centro de acogida se colará entre los puntos del día con propuestas y medidas «destinadas a rechazar la inmigración ilegal en el municipio», apuntó a través de una nota de prensa. En el otro extremo del arco político, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, calificó de «absoluto bochorno que un Gobierno que se dice a sí mismo progresista, se atreva a pisotear la voluntad de la ciudadanía española, que es acoger a los que huyen de la guerra en condiciones dignas», que, a su juicio, no se darían en un centro como el del aeropuerto.

Y próximo a esa infraestructura, el alcalde de Ballesteros de Calatrava, el socialista Juan Carlos Moraleda, trasladaba también sus dudas. Desde su despacho en el Ayuntamiento se tardarían menos de 10 minutos en llegar al lugar donde se ubicaría ese centro. Moraleda lamentaba no tener «ninguna» información. «Hemos intentado a través del aeropuerto, pero nos dan largas», trasladando su extrañeza por la instalación de un centro para atender a miles de inmigrantes en esas instalaciones aeroportuarias «porque no hay medios para atender dignamente a esas personas. No es que haya un hotel cerrado y se vaya a abrir. En el aeropuerto no hay nada para atenderles y no sabemos cómo se haría», explica, incidiendo en esa falta de información sobre un proyecto que ayer seguía siendo el tema de conversación entre los vecinos. 

La Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado también cuestionó la intención del Gobierno de crear un espacio aislado para migrantes en el aeropuerto de Ciudad Real, que no les dé opciones de integración. «Crear un espacio aislado en el aeropuerto, supondría también que las entidades que realizan evaluaciones no gubernamentales del fenómeno migratorio tengan una mayor complejidad a la ya existente, para poder monitorizar o interactuar con los migrantes», advirtió la red en una nota de prensa.

El presidente de Fecir, Carlos Marín, mostró su «indignación» ante la posible instalación de «un campo de concentración» en el aeropuerto para «recluir» a inmigrantes. «Es ningunear a Ciudad Real y a las personas que quieren meter allí», subraya el líder de la patronal provincial, que ve en esta decisión un movimiento «político» del Gobierno central, ejecutado con «alevosía y nocturnidad», para atacar al Ejecutivo de García-Page. Por su parte, el secretario provincial de CCOO, José Manuel Muñoz, percibe «una preocupación excesiva por algo que no está confirmado». Un «ruido» que no puede tapar el verdadero problema: «España necesita una legislación en materia de inmigración y vincularla a salarios y vivienda». Un mensaje que compartió el subdelegado del Gobierno, David Broceño, que pidió que no se pierda «el foco» del problema de la inmigración con la polémica del aeropuerto.