Accesibilidad y seguridad son las dos palabras claves del proyecto de adecuación de la plaza de toros. A esos dos conceptos se deben la mayor parte de las obras que han llevado a que no haya corridas taurinas durante 1.714 días en Ciudad Real. Un proyecto que ha trabajado en todo lo visible. Quien se acerque a la plaza, verá diferencias con la anterior, pero, sobre todo, en lo que no se ve, con un refuerzo de la infraestructura en pilares, vigas o maderas, pero también en dotarla de elementos que no tenía, como una red para recoger las aguas pluviales y que hasta ahora caían sobre las gradas y provocan un problema de humedad a todo el edificio.
De las dos palabras claves, la que más se nota es la accesibilidad. Por este motivo, la plaza de toros pasa de tener un aforo para 8.792 personas, según el proyecto de reforma, a 5.858. Habrá nuevos baños, vomitorios más amplios para acceder a la plaza y nuevos escalones, un ascensor y una zona para las personas en sillas de ruedas. Además, unido a la seguridad, se han creado zonas de pasos que no existían hasta ahora. Primero, en el tendido bajo, retirando una fila de asientos; después, en el tendido alto, de la misma manera; y por último, en la grada, donde serán dos las filas de asientos retiradas, dejando un pasillo en la zona exterior. Además, dentro de la seguridad, destaca la apertura de puertas de emergencia laterales o la instalación de un sistema de detección de incendios y de bocas de riego que no existían.
Todos estos elementos implica adaptar el coso a la normativa actual, como también ocurre en otra parte que no se ve, los toriles, que incumplían la normativa de 1992 y que se han realizado completamente nuevos.
Los aficionados serán los encargados este domingo de poner nota a esta inversión que ha supuesto un desembolso de 2,2 millones de euros por parte del Consistorio en una adecuación que era necesaria, para adaptar el edificio a la normativa actual y también mejorar su evacuación para evitar posibles incidentes.