La guerra arancelaria desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha provocado una ola de preocupación en la economía global, de la que Ciudad Real no es ajena. Los aranceles del 25% a la automoción y del 20% a los productos de la Unión Europea incluidos en el 'Día de la liberación' tendrán un impacto en el tejido empresarial de la provincia, especialmente en el sector agroalimentario. Muchos exportadores sufren desde este jueves el mayor desafío al comercio mundial de las últimas décadas.
Según datos de Gestha, el sindicato que agrupa a los técnicos de Hacienda, el lácteo es el sector más expuesto en la provincia de Ciudad Real. Estados Unidos es el principal cliente de la Denominación de Origen Queso Manchego, ya que prácticamente el 50% de sus exportaciones, entre cinco y seis millones de kilos, viaja cada año al gigante norteamericano, lo que representa una factuación cercana a los 90 millones. Su presidente, Antonio Martínez, a la espera de ver cómo evoluciona el mercado, se muestra no obstante «optimista» y recuerda que este producto de calidad ya superó las barreras arancelarias hace seis años con un incremento de las ventas. «Confiamos en la fortaleza de la marca», enfatiza.
Martínez explica que el descenso del precio de la leche de oveja manchega ha favorecido que «el ritmo de las ventas de queso se mantenga», tras un año 2024 con «precios de récord». Además, muchos importadores hicieron acopio de este producto durante los dos primeros meses del año ante las amenazas de Trump. «Los aranceles afectarán a todos los países de la UE por igual y eso es 'bueno' para competir en las mismas condiciones», sentencia.
Por su parte, el presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir), Carlos Marín, hizo hincapié en que las guerras comerciales «no son buenas para nadie». Confía, en este sentido, en que la Unión Europea «responda con más rapidez de la que nos tiene acostumbrada»; que el Gobierno de España sea «resolutivo» y que la Junta y la Diputación redoblen su apoyo a las empresas.
El presidente de la patronal considera que «Estados Unidos es el primero que se va a pegar un tiro en el pie, porque van a subir los precios», y aboga por explorar nuevos mercados para colocar los productos.
El vino, también en la diana.
El tsumani que ha provocado Trump afecta también de lleno al sector del vino, el más potente de la provincia. Un ejemplo está en Pago del Vicario, que hasta ahora vende el 45% de su producción en Estados Unidos. «Es una situación muy difícil», reconoció «con resignación» Nacho Barco, quien matizó también que al menos los gravámenes son para todos los países en esta guerra comercial que tendrán que librar.
Según sus cuentas, el vino se encarecerá en el mercado norteamericano «entre un 35 y 45%» y también subirá de precio el propio vino estadounidense, por lo que está expectante de la evolución del mercado. Ahora tiene unas 120.000 botellas por 'colocar' y explica que la opción de buscar nuevos mercados «no es flor de un día, lleva años». Están «preocupados» con la posibilidad de que los aranceles incidan en la destrucción de empleos.