Casi once meses después, Carlos Ocaña volvía a una pista de balonmano. El jugador del Caserío reaparecía ante el Atlético Novás tras superar una grave lesión de rodilla y a la alegría de su regreso a las pistas sumaba el triunfo de los amarillos, al que contribuyó con un gol.
El primera línea ciudadrealeño, campeón del mundo con la selección juvenil en el verano de 2023, se lesionaba en un partido ante el Ibiza el 2 de diciembre y en enero pasaba por el quirófano tras diagnosticarle la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha. A finales de julio se anunciaba su fichaje por el Caserío por dos temporadas con opción a otra más, y ahora, ya recuperado y tras su debut, asegura que la articulación respondió bien y que las sensaciones que tuvo fueron muy buenas. «Después de estar casi un año sin jugar es verdad que notas que te falta ese ritmo, pero la verdad que me sentí muy suelto».
Además, su reaparición, que coincidió con el primer triunfo del Caserío de la temporada como visitante, se produjo en Galicia, una tierra a la que él tiene un especial cariño, pues allí se fue cuando decidió salir del Alarcos. De hecho, el calendario ha querido que este sábado el Caserío juegue en Pontevedra ante el Cisne, su equipo las tres últimas campañas. «Es mi segunda casa y será muy especial para mí. Tengo que darlo todo para entrar en la convocatoria», afirmó Carlos Ocaña, que tras varias semanas con el alta médica y entrenándose junto a sus compañeros tuvo su oportunidad en Novas, «una pista especialmente difícil», repasó.
Además, y de cara a la acumulación de compromisos en estas dos semanas, Ocaña asegura que todos los jugadores serán importantes. «Nos hemos estado preparando muy bien y Santi Urdiales lleva fenomenal el tema de las rotaciones. Ojalá pueda seguir contando conmigo de cara a los siguientes partidos», señaló.