En un fútbol como el actual, muy encorsetado tácticamente, donde todo se quiere controlar hasta el último detalle, y donde las acciones de estrategia y a balón parado resultan claves, hay futbolistas que siguen siendo determinantes más allá de pizarras, tablets y complejos sistemas de evaluación del rendimiento.
Uno de ellos es Iván Limón. El delantero de Fuencaliente debutaba este domingo en Liga y suyo fue el gol de la victoria ante el Valdepeñas cuando el choque agonizaba. «Es un jugador muy querido por la afición y por la plantilla. Tiene esa magia especial, que igual era lo que nos faltaba», aseguraba su entrenador, Rafael Guerrero, tras la conclusión del choque.
Unas palabras que agradece Iván Limón, que lleva meses arrastrando problemas físicos y que saltaba al campo en el minuto 60. Un esguince de tobillo de grado 3 le ha mantenido en el dique seco en este inicio y admite que «las sensaciones no fueron las mejores. Espero estar a tope en unas dos semanas», confesaba.
Aunque reitera que lo importante «era sumar los tres puntos», el caso es que suyo fue el gol del triunfo, logrado en el minuto 87 con el pie derecho, con el que jugó vendado. «Lo que me ha provocado tanto dolor durante este tiempo fue lo que nos llevó al triunfo», recuerda.
Durante estas semanas no oculta haberlo pasado mal, y «aunque siempre intento ayudar en los que puedo, se sufre mucho», explica.
Iván Limón es uno de los jugadores más queridos en el vestuario del Calvo Sotelo y por la propia afición, que valora cómo el ariete de Fuencaliente representa esos valores de trabajo, esfuerzo y compromiso del club puertollanero. «Me siento muy querido y yo les quiero a ellos también. Es algo recíproco», afirma el '7' del Calvo Sotelo, que piensa que el secreto de todo eso es que «siempre intento ayudar en lo que puedo».
Este domingo el equipo minero visitará al Toledo (17 horas) en un partido entre dos históricos y que hace no tanto tiempo se disputaba en una categoría superior. «El Toledo es un equipo hecho para grandes aspiraciones. Para mí, es el gran favorito, así que tenemos que ir con los pies en el suelo y sin renunciar a nada. ¿Por qué no vamos a ganar allí», concluye.