La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado a un hombre de 47 años y vecino de Miguelturra, de iniciales S. E. R., a ocho años de prisión por un delito de agresión sexual contra una mujer a la que llevó a su casa de campo ubicada en el término municipal de Carrión de Calatrava en septiembre de 2022. Además, el acusado deberá cumplir ocho años más de libertad vigilada e indemnizar a la víctima con 5.000 euros por daños morales, según recoge la sentencia a la que ha tenido acceso La Tribuna. Una resolución que la defensa va a recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, según ha podio saber este periódico.
En su sentencia, el Tribunal considera «plenamente creíble» la declaración de la denunciante, de nacionalidad salvadoreña y que tenía reconocido el estatuto de refugiada en España, que ofreció un relato «coherente» y con «todo lujo de explicaciones» de lo sucedido en esa finca de Carrión. Según este relato, el acusado contactó con la víctima para realizar trabajos de limpieza en la casa de campo de su propiedad. Para convencerla, le hizo creer que estaría acompañado de su mujer. Tras recogerla en su coche, la trasladó hasta la finca, donde le pidió que realizara labores de limpieza de unas baldosas del baño. Ella, al comprobar que no estaba acompañado de su mujer, sospechó de él, apuntó la matrícula del coche y se la envió a una amiga. Ya en la finca, él le proporcionó un producto de limpieza tóxico, aconsejándo que se desnudara con la excusa de no mancharse su ropa, ofreciéndole ponerse prendas de él, un pantalón corto y una camiseta.
Ante la insistencia del acusado, ella accedió, tras lo cual comenzó a limpiar las baldosas, pero tras notar picor en los ojos y sentirse aturdida, el dueño de la finca le pidió que se duchara para quitarse los restos del producto utilizado. Mientras la víctima estaba en la ducha, él se introdujo en ella quitándose la ropa y procediendo a realizarle tocamientos. Tras ello, la llevó a una habitación, aprovechando el temor que despertaba, para abusar de ella, obligándola a practicarle una felación e introduciendo los dedos en su vagina, pese a su constante negativa y llantos. Tras eyacular, volvió a meterla en la ducha. Ella denunciaba los hechos esa misma noche en Ciudad Real.
En su escrito, la Audiencia no da credibilidad a la postura de la defensa, que apuntó a la víctima como la que le ofreció al acusado practicar sexo a cambio de 50 euros. Además, la sentencia contiene un contundente párrafo que reza que «pretender demonizar la declaración de las víctimas por sus aptitudes y conductas, anteriores y posteriores, resulta a todas luces improcedente». También desmonta el argumento de la defensa de que la mujer interpuso esta denuncia falsa para facilitar un permiso de residencia en España, puesto que en el momento de los hechos ya tenía reconocido el estatuto de refugiada.
El condenado lleva en prisión desde el 4 de septiembre de 2022.