Tras más de un mes sin jugar en Liga, el Caserío Ciudad Real vuelve a la competición visitando este sábado (18.30 horas. Arbitraje de Montes González y Pérez Pomares) al Alcobendas. Los manchegos, a pesar de haber disputado un partido menos (el que recuperarán este miércoles frente al Atlético Novás), son segundos en la tabla a solamente dos puntos del Burgos, su rival el siguiente domingo para comenzar la segunda vuelta, pero no se fían de un Alcobendas cuya posición en la tabla es realmente engañosa. Así, los madrileños son duodécimos en la tabla, pero no han perdido ningún partido por más de dos goles, lo que da idea de su peligrosidad.
Las bajas son la principal preocupación de Santi Urdiales. El técnico del Caserío no podrá contar una semana más con los zurdos Nico Barceló y Nico Ayúcar, a los que se suma Santi Canepa, recuperándose de una lesión muscular que sufrió en la pista del Oviedo y que podría no jugar en todo este exigente mes de enero. Por el contrario, podrá debutar 'Pato' Orlandi, zurdo argentino que puede desenvolverse tanto como lateral como extremo y cuya ficha ya está tramitada.
"Afrontamos el partido con mucho respeto porque son muchos días parados y sin competir, pero con la misma ilusión con la que acabamos 2023. Va a ser muy difícil y no miramos mucho más allá", afirmó Urdiales, que espera que su equipo despliegue la misma intensidad mostrada antes del parón navideño.
Segundo en la tabla, el cántabro insiste en su idea de ir "día a día. Lo primero es sumar los puntos que nos faltan para lograr de forma matemática la permanencia, que es el objetivo principal que teníamos como club, y ojalá que con los resultados podamos mantenernos arriba. Los chicos lo van a intentar con todas sus fuerzas, pero somos conscientes de que hay que estar preparados por si llegan los malos momentos. Ir día a día es lo que nos ha ido bien hasta ahora y así hay que seguir", subrayó.