Satse prevé el cierre de 72 camas hospitalarias este verano

La Tribuna
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El sindicato de enfermería advierte sobre el incremento del cierre de camas en los últimos años, además de la suspensión de cientos de consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas en los hospitales.

Satse prevé el cierre de 72 camas hospitalarias este verano - Foto: Rueda Villaverde

Los hospitales españoles contarán este verano con más de 10.400 camas menos en funcionamiento por el cierre que un año más han previsto las consejerías de Sanidad aprovechando el periodo estival.

Según los datos recabados por el Sindicato de Enfermería, SATSE, en las diferentes comunidades autónomas, el cierre previsto es de, al menos, 10.463 camas. Por lo que respecta a Castilla-La Mancha el cierre previsto afecta a 192 camas (Albacete, 38 camas; Ciudad Real, 72; Cuenca no cierra, Guadalajara, 30 y Toledo, 52).

La comunidad de Madrid es la única autonomía que no ha dado los datos de este año, siendo el pasado año unas 1.800 las camas cerradas.

Una vez superada la pandemia del Covid-19, la tendencia es ascendente ya que en 2022 fueron 8.594 las camas cerradas en el conjunto del Estado, mientras que el pasado año fueron un total de 9.809, y en 2024, 10.463, aún sin los datos de Madrid.

Se trata de una cifra global "a la baja", ya que en distintos centros y servicios no han querido facilitar los datos, argumentando que dependerá de la evolución futura de la situación. Al respecto, SATSE denuncia las dificultades existentes todos los años para conseguir una información que es de interés general.

El cierre programado y progresivo de camas disponibles para el conjunto es la población es una práctica habitual de todas las administraciones sanitarias en los meses de verano, al igual que la suspensión de cientos de consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas en todos los hospitales y otros centros sanitarios públicos, recuerda.

Cierres

Por comunidades autónomas, en Andalucía se cerrarán 2.500 camas; 2.079 camas en Cataluña, y en Comunidad Valenciana son 1.002 camas. Un total de 974 en Euskadi; 784 en Galicia; en Extremadura, 617 camas y 600 en Aragón. En lo que respecta a Castilla y León, la previsión es 500 y 490 camas en Asturias.

Por su parte, en Murcia son 300 camas; en la Islas Baleares, son 143; y en Navarra, un mínimo de 106 camas cerradas. En Canarias son 70 camas y 54 en La Rioja, mientras que en Cantabria son, al menos, 52 las camas cerradas

Personal insuficiente

De otro lado, el Sindicato subraya que, un año más, las administraciones públicas no han cubierto el total de las vacantes por periodo vacacional, bajas por enfermedad y otro tipo de situaciones que requerirían sustituir al personal, lo que conlleva un aumento de la sobrecarga laboral para las enfermeras que trabajan los meses de verano.

El porcentaje de personal que no se sustituye llegará hasta el 40-50 por ciento en el caso de alguna comunidad autónoma. Una realidad que repercute negativamente en la atención a las personas y también en la salud de los profesionales, añade.

Al respecto, SATSE apunta que "los porcentajes de sustitución del personal no son datos absolutos, pues se ven "maquillados" precisamente por ese cierre de camas y servicios, que en realidad tiene como objetivo ahorrarse sustituciones moviendo al personal de un servicio a otro".

Más esperas y peor atención

SATSE advierte que el cierre de camas y la suspensión de consultas, pruebas e intervenciones quirúrgicas tiene una incidencia directa en el incremento de las listas de espera de los últimos años. Al respecto, afirma que podría aprovecharse el periodo estival para reducir las listas de espera, pero, por contra, se retrasa aún más el tiempo que deberán esperar las personas.

El Sindicato lamenta que, pese a sus protestas y denuncias, las consejerías y el Ministerio de Sanidad no hayan llegado tampoco este año a un acuerdo, en el seno del Consejo Interterritorial del SNS, para acabar con los problemas de la sanidad en los meses de verano, y que se hayan limitado a enzarzarse en críticas y reproches entre unos y otros, en función de su signo político, en lugar de buscar sinergias y puntos en común.