La CHG advierte que aún es pronto para revisar los recortes

Ana Pobes
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Samuel Moraleda responde a los agricultores y regantes que creen que «no hay razones para mantener estas extracciones subterráneas» cuando ellos tienen recortadas sus dotaciones

Algunos de los agricultores y regantes que se concentraron este martes en Las Tablas de Daimiel.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Samuel Moraleda, ve «difícil» levantar las restricciones en el Alto Guadiana a pesar de las últimas lluvias registradas y de que el río Cigüela aporta agua al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, donde unos 300 agricultores y regantes se concentraron este martes para pedir un trasvase «urgente» de 20 hectómetros cúbicos del Tajo para encharcar el humedal y exigir el cierre de los pozos de emergencia al considerar que «no hay razones» para mantener estas extracciones subterráneas cuando ellos tienen recortadas sus dotaciones. Defendieron la conveniencia de que se aplace el uso de los pozos de emergencia, hasta ver cómo se desarrollan los próximos meses, ya que «se está extrayendo agua de un acuífero que está siendo objeto de limitaciones a los regantes». 

Ante esta situación, el presidente de la CHG, en declaraciones a La Tribuna, recuerda que las decisiones sobre las restricciones se toman en Junta de Gobierno de la  Confederación y teniendo en cuenta el estado global de las masas de agua subterráneas que componen  todo el sistema del Alto Guadiana y  en función de los niveles piezométricos con el objetivo de «proteger las propias explotaciones existentes». Por ello, señala, serán esos niveles los que decidirán si se levantan o no las restricciones de las distintas masas pero reconoce que será «difícil», sobre todo en las masas centrales del Alto Guadiana, ya que su situación era de emergencia cuando se establecieron esas limitaciones de agua, y sí ve más factible que las restricciones se levanten en las masas de Lillo-Quintanar, Consuegra-Villacañas. Eso sí, no será hasta abril cuando se valore la decisión tras estudiar los datos recopilados.   

Moraleda confía en que las 300 hectáreas encharcadas que tiene actualmente el parque nacional de las más de 1.700 que conforman su superficie aumenten en los próximos días con la aportación del Cigüela y las últimas lluvias, aunque reconoce que «aún es pronto» para conocer el efecto que tendrán las precipitaciones de estos días en el acuífero, ya que «hasta que este agua llegue al nivel piezométrico puede tardar meses». «Seguro que tendrán una repercusión positiva pero todavía no sabemos en qué grado», sentencia, al tiempo que recuerda que la situación del parque era crítica hace unos meses, cuando el pasado diciembre apenas tenía 60 hectáreas con agua.  

La llegada del Cigüela ha sido una buena noticia. Un momento clave para este ecosistema que empieza a recibir el agua. Por ello, la Confederación Hidrográfica del Guadiana realizó ayer varios aforos en distintos tramos del río con la finalidad de conocer «con mayor precisión los caudales que son previsibles que lleguen a Las Tablas». De momento, y según los datos del sistema de información hidrológica y sin conocer aún el resultado de los aforos de ayer, el Cigüela registraba ayer un caudal de 1,20 metros cúbicos por segundo (m3/s) a la altura de Villarrubia de los Ojos.