La amniocentesis es una prueba que se suele hacer al comienzo de los embarazos cuando hay probabilidad de que el niño pueda tener algún tipo de trastorno genético o cromosómico como el síndrome de Down, de Patau o de Edwards. El problema es que se tiene que hacer con un punzamiento y no está exento de riesgos. Por eso el Sescam va a cambiar este tipo de pruebas por un nuevo cribado de test prenatal no invasivo.
"Se realiza con un análisis de ADN circulante de la sangre materna cuando el feto está en el vientre de su madre", explica la portavoz del Gobierno regional, Esther Padilla, "se hace con una analítica y se evitan así otro tipo de actuaciones o intervenciones más invasivas, que siempre tienen un riesgo para el feto". En esta nueva técnica el Sescam invertirá 2,4 millones de euros durante los próximos cuatro años.
El Consejo de Gobierno ha autorizado el desarrollo de esta técnica en el sistema sanitario regional. Padilla contó que este tipo de test se realiza cuando en los cribados del primer mes de embarazo se indica que puede haber un "alto riesgo o riesgo intermedio en este tipo de enfermedades o alteraciones de cromosomas". Calcula que se realizará al 12 por ciento de los embarazos que pasan por el Sescam, lo que se traducirá en pruebas en 2.000 gestantes al año. Además subraya que esta tecnología tiene una capacidad de detección por encima del 99%.