Navarro, Ortega, unos pocos Ruiz, otros tantos Sánchez... y así hasta 150 alumnos reunidos en el aula magna Rosana Maroto, la más grande del edificio Francisco García Pavón, sede de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha. Hay una voz tenue, inconfundible que enumera todos los nombres: es la de Gema García, profesora de matemáticas del instituto Alarcos y encargada de esta prueba junto a otras compañeras.
Son las once de la mañana y toca examen. En total, se presentan 2.558 estudiantes de la provincia, distribuidos en once sedes diferentes de siete municipios. Del 4 al 6 de junio, facultades universitarias, casas de juventud, institutos de secundaria y centros de cultura de Ciudad Real, Almadén, Alcázar, Manzanares, Puertollano, Tomelloso y Valdepeñas abrirán sus puertas a los alumnos.
La mayoría de los que proceden de la capital acuden estos días al aulario de la universidad. Otros están llamados al Edificio Politécnico o la Escuela de Ingenieros Agrónomos. Por la mañana tienen tres horas, partidas por un descanso de 45 minutos, todo de 9.30 a 13.15; por la tarde, idéntico sistema, de 16.30 a 20.15.
Examen de la EvAU - Foto: Tomas Fernandez de MoyaY si bien en este sentido las cosas siguen casi como siempre, desde la UCLM se indicaron ayer algunas novedades: este año hay 32 materias objeto de examen, nueve más que el año pasado, y se han modificado los currículos de todas ellas.
Mientras acceden al segundo turno de la mañana, los preuniversitarios comparten sus impresiones, que son más bien positivas con lo hecho y con lo que viene. En los jardines del aulario, Juan Rodríguez cuenta que había estudiado «casi todo, y aunque me han entrado ciertos puntos que de Literatura no sabía luego el poema se me ha dado bastante bien». Los que le quedan los lleva bien. «La motivación la traía y venía bastante tranquilo, no venía muy nervioso», asegura, por lo que todo serán buenas noticias. Estas llegarán en la noche del próximo martes, 11 de junio, a través de un mensaje con el boletín de calificaciones que recibirán en sus cuentas personales de correo electrónico.
SILENCIO. En el pasillo se oye a alguien chistar y desde dentro del aula una profesora dice que faltan cinco minutos para empezar y que mantengan el silencio. Luego, entre todas clasifican y reparten los exámenes. Muchas botellas de agua en el control de inglés. Los alumnos voltean hojas, abren carpetas. No parecen nerviosos, más bien concentrados. Varios con camisetas del Real Madrid, con Vinicius y el racismo protagonizando la prueba de Lengua.
Más fotos:
Hay coordinadores que entran y salen de las pruebas. Gema García pide silencio mirándose el reloj al filo del verano. Dice a los alumnos que «todo guardado en la mochila» y las amonestaciones, como en las grandes ceremonias. Si todo sale bien, en esta se unirán los caminos que conducen a sus empleos y sueños. Con estudiantes como ellos, cualquier sociedad debería llegar donde se proponga.