Todo estaba preparado a primera hora de la mañana para recibir a los primeros clientes del nuevo Mercado de Abastos de Tomelloso, que ayer abrió sus puertas al público tras un largo proceso de rehabilitación. Ya había ganas de estrenarlo, de verlo y de disfrutarlo. Y con ese objetivo, numerosos vecinos se acercaron hasta este centro comercial en el que no solo hay pescadería, panadería y frutería, también una vinoteca, bares, cafeterías y hamburguesería, cervecería, gintonería, puesto de productos ecológicos para comprar y degustar y un puesto de comida japonesa que empezará a funcionar este viernes. En total, 14 puestos cuyo adjudicatarios tuvieron ayer una jornada «intensa» con un «buen nivel» de ventas, por lo que confían en que este éxito se repita en los próximos días y en el tiempo. 

Expectación, ilusión y mucho trabajo es lo que se vivió ayer en este inmueble, en pleno centro de la ciudad. «Está siendo una jornada muy emocionante. Ha sido un continuo venir de gente, algunos por curiosidad y otros, la mayoría, a comprar. No hemos podido parar ni a almorzar», comenta con satisfacción Laura Benito. Ella y su compañera Lucía Jiménez son las dependientas del puesto de la Cooperativa Santiago Apóstol, quien con este nuevo mercado vieron una oportunidad de acercar sus productos a los vecinos del centro, pues la cooperativa se ubica a las afueras de la localidad y por «un melón la gente no va tan lejos». 

Desde su apertura, a las nueve de la mañana, Javier Torres no había parado de poner cafés, capuchinos y berlinas. Él es el responsable del puesto Applecafé, donde se ofrecen «más de 400 combinaciones distintas de relleno de berlinas», una de las novedades que llega a Tomelloso, donde también se podrá disfrutar de más de veinte sabores de capuchino. «La gente está abierta a probar cosas nuevas» y eso, continuó diciendo, se ha notado en las ventas. Un éxito que confía en cosechar también en los próximos días, cuando se corra la voz entre los vecinos, algunos de los cuales ya degustaron ayer los productos. 

Jornada «intensa» en un nuevo mercado - Foto: Tomás Fernández de MoyaLa clientela mostró su satisfacción por ver funcionar este espacio comercial que trajo recuerdos de infancia a algunos vecinos. Es el caso, por ejemplo, de Santiago Salinas, quien siendo un niño acudía a comprar con su madre. Pero hoy, relata, «es diferente», desde su estructura hasta la iluminación. «Todo está perfectamente organizado y pensado», comenta su mujer, María del Mar Navarro. 

Cerca de ellos, en otra mesa, Isabel Sampedro degusta un vino junto a su marido, Manuel Bono Martínez, quien durante mucho tiempo tuvo un puesto de fruta en el antiguo mercado. A él, este lugar también le trae recuerdos de una época en la que todo el mundo compraba en este espacio, pero al final «todo necesita un cambio, y este cambio ha sido muy bonito y va a triunfar». «Nos ha gustado mucho y vendremos todos los días», comentan.