Todos los efectivos de seguridad en la capital cuentan ya con descargadores electrónicos controlado, las conocidas como pistolas Taser, por ser esta la marca más conocida. Una tiene la Policía Local desde hace más de un año y recientemente se han adquirido estos dispositivos tanto para Guardia Civil, con cuatro para toda la provincia, como para la Policía Nacional, que cuenta con doce unidades, siete en la Comisaría de Ciudad Real y cinco en la de Puertollano. Aunque a Ciudad Real llegaron en otoño pasado, la Policía Local no ha tenido que utilizar en este año, aunque en más de una ocasión han estado a punto por la peligrosidad que presentaba la situación.
«La taser se encuadra en la ley de coordinación, es una herramienta como otra cualquiera, además sin riesgo de muerte y que se utiliza por todos los cuerpos policiales prácticamente», explicó el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Chamorro. «Cuanto más recursos tenga nuestra policía para salvaguardar la seguridad y la libertad de todos, mejor», indicó. «Hay nuevas formas de violencia que tienen que ser repelidas y es mejor que sean repelidas, siempre y cuando se utilicen medios que no puedan llegar a causar la muerte», comentó.
La llegada a la capital de estos dispositivos se enmarca en una modificación del reglamento que desarrolla la Ley de Coordinación de Policía Local en Castilla-La Mancha y que «estableció como medio de dotación operativa los descargadores eléctricos», indicó el superintendente de la Policía Local, Fernando Rolando. «El taser se caracteriza porque es una pistola que descarga un voltaje muy alto sin prácticamente ningún amperaje» y esto hace que «la descarga incapacita, pero no lesiona». Un disparo de la taser funciona como una pistola, «suena como un disparo», pero ese disparo impulsa dos agujas positivo y negativo, que entran en contacto y produce la descarga, de tal manera que hay una contracción muscular, con dolor.
La Policía Local cumple un año con la taser - Foto: Rueda VillaverdeTodo uso de la pistola se informa al sistema, de tal modo que hay un control, como en el empleo de cualquier otro dispositivo por la Policía Local, explicaron. Su uso está destinado a emplearlo «como una alternativa al arma de fuego». Como ejemplo, recordaron que las defensas extensibles, que «son armas de acero», pueden provocar lesiones importantes, también, que no hay en este arma de fuego. «Se tiene que usar en condiciones de congruencia, oportunidad y proporcionalidad», señalaron, recordando que el hecho de portarlo no implica su uso.
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En cada turno de la Policía Local un agente, que se ha formado previamente con un curso para su utilización, porta este dispositivo. En camino viene un segundo dispositivo, pendiente de compra, porque hay una alta demanda, tras la incorporación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.