Premio en San Sebastián y alegato por la paz

E. Press
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Pedro Almodóvar recibe el Premio Donostia del Festival de San Sebastián por su trayectoria en el cine con un alegato contra «el dolor cotidiano, la incomprensión, la injusticia y el odio»

Pedro Almodóvar, con el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebastián. - Foto: E. Press

El cineasta ciudadrealeño Pedro Almodóvar ha recogido este jueves en el Festival de San Sebastián el Premio Donostia por su trayectoria en el cine y pedía que las «grandes tragedias» pertenezca a la ficción y que la vida real «transcurra en paz y en modo justo y entretenida».

«Hagamos lo posible porque las grandes tragedias, el dolor cotidiano, la incomprensión, la mentira, la falta de empatía, la injusticia social, el odio, todo lo negativo imaginable, hagamos que pertenezca a la ficción y que la vida real transcurra de un modo justo, en paz y muy entretenida», afirmaba en la gala del Premio Donostia, que continuaba con la proyección de su nueva película, La habitación de al lado.

Cuando el de Calzada de Calatrava, que vestía un traje azul claro, salió al escenario, el público se puso en pie para ovacionarle durante algunos minutos. Al recoger el galardón, entregado por la actriz Tilda Swinton, se acordaba de parte del equipo de su productora El Deseo y también de actrices como Penélope Cruz, Rossy de Palma, Carmen Machi o actores como Antonio Banderas, Javier Bardem o Juan Diego, entre otros. «He tenido la suerte de trabajar con actores y actrices de enorme talento y les estoy inmensamente agradecido», señalaba.

Premio en San Sebastián y alegato por la pazPremio en San Sebastián y alegato por la paz - Foto: EFEPedro Almodóvar comenzaba su discurso agradeciendo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su asistencia y su «apoyo» a la cultura, y tenía unas palabras de cariño hacia el cine, que desde pequeño le mostró una realidad que le parecía más real de lo que vivía en su pueblo. «Yo prefería vivir en esa realidad».

Pese a que no tenía paciencia, como él mismo apuntaba, supo esperar su oportunidad y a su llegada a Madrid en 1970 tenía un propósito más fuerte que su propia voluntad. «Estuve doce años trabajando en la Telefónica hasta que en 1981 pedí mi último permiso sin sueldo para rodar 'Laberinto de pasiones' y ya no volví», relataba.

«Lo que quiero contar aquí es mi pasión por el cine. Una pasión que ha dado una dirección a mi vida y que probablemente me ha salvado de muchos peligros. El cine me lo ha dado todo, mucho más de lo que yo podía imaginar», afirmaba.

Premio en San Sebastián y alegato por la pazPremio en San Sebastián y alegato por la paz - Foto: EFEEl realizador manchego aseguraba que no concibe su vida sin el cine, por lo que cuando le fallen las ideas o la mente, ha prometido seguir haciendo cine «aunque sean malas películas». «La alternativa es el vacío», indicaba.

Además, pedía disculpas a quien haya podido sentirse ofendido, pero dejando claro que no ha sabido ser de otro modo, si bien no lo ha «intentado». Sobre sus películas, afirmaba que si por algo son distinguidas es por la «libertad» que gozan sus personajes, algo que como pronunciaba «es el reflejo de su propia libertad».

«La vida, tanto en la ficción como en la realidad, es compleja y entraña multitud de peligros. Pero sin libertad la vida no merece la pena ser vivida», comentaba.

Premio en San Sebastián y alegato por la pazPremio en San Sebastián y alegato por la paz - Foto: EFE'La habitación de al lado'.

Antes de terminar la gala, Almodóvar daba paso a la proyección de su película, La habitación de al lado, un filme que propone lo opuesto a la realidad social, especialmente a los mensajes de odio. «Nunca como hasta ahora, el odio ha podido organizarse de modo anónimo impunemente», ha lamentado.

Igualmente, ensalzaba la importancia de la «empatía», una palabra que desde que llegó a San Sebastián «no para de oír». La habitación de al lado, según detallaba, narra la historia de la recuperación de una vieja amistad entre dos amigas que vuelven a encontrarse en una situación íntima y extrema para cada una de ellas. «Es una película que habla del poder de la compañía, de estar al lado, como he dicho, cuando alguien, aquí me estoy repitiendo, nos lo pide y lo necesita», añadía.