La bloguera Eva Garcinuño visitó hace unos días, por primera vez, Valdepeñas. El objetivo era dar a conocer la Ruta del Vino de Valdepeñas, y ella era la persona ideal para promocionar las bodegas, la gastronomía y los alojamientos y establecimientos de algunos de los municipios que forman parte de la Ruta. Y lo hizo a través de sus redes sociales y de su web de gastronomía Gastroactivity, que tiene ya más de una década de experiencia y que abrió en una época cuando abrir un blog era «algo novedoso».
Durante mucho tiempo, Garcinuño ha trabajado haciendo cartografía en el sector de la construcción, pero su interés por el marketing le llevó a formarse en esa materia con un máster. Fue entonces, recuerda, cuando para finalizar los estudios era obligatorio abrir un blog. Ella creó Gastroactivity, una página que ha ido creciendo y dando forma y contenido. Solo el año pasado contó con 375.000 visitas en sus redes sociales de España, Europa, Estados Unidos y países de Latinoamérica. Reconoce, en declaraciones a La Tribuna, que lo que empezó como una devoción en los últimos años se ha profesionado. «Le he dado un impulso», enfatiza. Ahora, compagina su empleo en una empresa de residuos con su pasión por los viajes gastronómicos.
Una de sus paradas ha sido Valdepeñas, donde ha disfrutado y conocido en profundidad su Ruta del Vino.Durante tres días ha llevado a cabo un programa «muy intensivo y muy organizado» que le ha permitido conocer «interesantes» bodegas, el Museo del Vino de Valdepeñas y el del Aceite de Moral de Calatrava, además de una almazara. Todo ello, acompañado con la mejor gastronomía de la tierra y que pudo saborear en algunos de los establecimientos asociados a la ruta. Asegura que lo que más le llamó la atención fue la elaboración del vino en tinajas. «Me ha fascinado ver esas cuevas y bodegas llenas de tinajas, y donde en algunas de ellas se sigue elaborando el vino como hace 300 años», un hecho «muy diferencial con el resto de denominaciones de origen».
A su juicio, esta ruta ofrece «calidad» y «muchas historias familiares». «Detrás de cada bodega hay una familia haciendo vino, y esa pasión se nota también en el producto», comenta para asegurar después que volverá de nuevo a visitar Valdepeñas, que ofrece esta ruta con una ubicación «perfecta» y una «magnifica» uva (tempranillo) con matices que «no tienen nada que ver, por ejemplo, a la uva con la que se elabora en Ribera del Duero». Los de Valdepeñas son vinos más suaves y con menos potencia», añade.
Una experiencia en la que ha echado en falta una mayor digitalización por parte de las bodegas y establecimientos. «Todo el mundo reserva ya todo antes de emprender un viaje, desde la casa rural hasta los sitios que quiere visitar, pero algunas webs necesitan otro estilo. Se debe hacer un esfuerzo en el tema digital y publicar más contenido en las redes sociales, pues si voy a la zona e intento difundir mucho contenido, cuando más apoyo tenga desde el otro lado mejor funciona todo y mayor es la difusión», argumenta. En esos días, Garcinuño subió a su blog todas sus experiencias despertando el interés de sus seguidores, quienes le han preguntado bastante por alojamientos y restaurantes, lo que demuestra, señala, que «el experto en vino sabe muy bien dónde va». «Las denominaciones de origen, como la de Valdepeñas, lo están haciendo muy bien porque ofrecen una experiencia completa al viajero que llega a la zona», apunta.