El enviado especial de la Casa Blanca para Ucrania, el general retirado Keith Kellogg, se ha mostrado receptivo al despliegue de una "fuerza aliada" en Ucrania, sin participación estadounidense, para "respaldar su soberanía" en un hipotético periodo de posguerra con Rusia, así como del establecimiento de una zona desmilitarizada que no represente una división efectiva del país.
Kellogg, en una entrevista con el magacín del diario británico The Times, ha considerado que esta fuerza -- liderada por un combinado franco-británico -- podría desplegarse al oeste del río Dniéper y cree que "no sería en absoluto" una provocación para Moscú, al entender que el territorio ucraniano es lo suficientemente grande como para albergar a un despliegue internacional para reforzar un posible alto el fuego.
Aunque en la entrevista Kellogg llega a hablar de un escenario de posguerra similar al de la dividida Berlín tras la II Guerra Mundial, En su cuenta de la red social X, Kellogg ha querido matizar que en ningún momento ha defendido una "partición" de Ucrania, sino que se ha referido a "zonas de responsabilidad de una fuerza aliada sin participación de Estados Unidos".
Kellogg también ha planteado la posibilidad de crear una zona desmilitarizada, obligando a cada bando a retroceder 15 kilómetros de sus líneas en el frente. "Sería una zona de exclusión bastante fácil de supervisar. ¿Habría violaciones del alto el fuego? Sí. Siempre las hay, pero sería fácil de controlar", ha estimado.
Finalmente, Kellogg estima que el paso siguiente en Ucrania a la consecución del alto el fuego será la celebración de elecciones "porque ya casi ha pasado un año desde que debieron ser convocadas". En este sentido, el mediador de Trump cree que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tiene voluntad de hacerlo "pero esa es una petición del pueblo ucraniano en el parlamento ucraniano, no la nuestra (de EEUU)".