El juicio contra un guardia civil de Almadén, el 4 de octubre

M. E:
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Tras quedar aplazada la vista el pasado mes de marzo, el agente responderá ante la justicia acusado de hacer favores a cambio de regalos, por lo que se enfrenta a 15 años de cárcel

Imagen de la operación de la Guardia Civil en Almadén en la que se produjeron las detenciones. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El juicio contra el agente de la guardia civil de Almadén acusado de delitos de cohecho, revelación de secretos y falsedad documental por hacer favores a cambio de regalos, ya tiene nueva fecha de celebración, después de que en el pasado mes de mayo quedara aplazado por un problema técnico a la hora de conformar los componentes del jurado popular. El inicio de la vista está señalada, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, para el próximo 4 de octubre y tiene previsto extenderse durante una semana, hasta el viernes 11.

El principal acusado es un agente de la Guardia Civil destinado en Almadén desde 1987, de iniciales J. L. G. L. G. Se enfrenta a una petición de 15 años y medio de prisión, según solicita la Fiscalía. Está implicado en la denominada operación 'Cinabrio', junto a cinco personas más, una de ellas un cuñado, para los cuales se piden penas de entre dos y cuatro años de cárcel.

Los hechos que se van a juzgar se remontan al año 2021, destapados en una llamativa operación de la Guardia Civil que revolucionó la vida de esta localidad. Hubo 11 detenidos, entre ellos seis agentes destinados en puestos de Seguridad Ciudadana de Almadén y su comarca, así como uno en el Destacamento de Tráfico de Puertollano. Finalmente, solo uno de los agentes se sentará en el banquillo de los acusados.

Según relata el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, el guardia civil, suspendido de empleo desde 2021, se dedicaba a facilitar favores a conocidos y a algún familiar a cambio de regalos. Así, presuntamente, desde el Sistema Integrado de Gestión Operativa, Análisis y Seguridad Ciudadana (SIGO), pasó información para la venta de un vehículo a su cuñado, también imputado, y a cambio de la invitación a una montería; facilitó información a un dueño de un bar sobre los antecedentes de una persona que quería contratar a cambio de un jamón; y redactó un escrito de alegaciones a favor del hijo de otro acusado contra un expediente sancionador para conseguir el sobreseimiento y archivo de las actuaciones, a cambio, esta vez, «de un buen guarrillo», según recoge el escrito de acusación. Además, se le acusa de intermediar para quitar la denuncia a un empleado de otro de los imputados por conducción temeraria de un quad a cambio de que le instalasen, gratis, una pantalla en su coche, como la que le habían colocado a él, al agente que le había denunciado; y habría a redactado una declaración jurada firmada para otro acusado a cuenta de una denuncia interpuesta por el Ayuntamiento sabiendo de su «contenido falsario», según la acusación.

En total, la Fiscalía solicita penas para todos los implicados que suman 39 años y medio de cárcel por la comisión de ocho delitos de cohecho, dos más de inducción al delito de revelación de secretos, otros dos de descubrimiento y revelación de secretos y dos de falsedad documental.

La clave de la operación 'Cinabrio' fueron los pinchazos telefónicos: casi una veintena de intervenciones que realizó la propia Guardia Civil en la investigación interna y que aparecen ahora en el escrito provisional de acusación, con significativas frases como «ya dejé solucionado eso», «no digas nada de que yo estoy haciendo nada», o un «hoy por ti, mañana por mí».