El Balonmano Caserío se enfrenta este viernes (12 horas. Quijote Arena. Arbitraje de Lozano Cubero y Martínez Outomuro) al Barça Atlétic en la octava jornada de Liga de la División de Honor Plata casi sin tiempo para digerir su extraordinaria victoria frente a un conjunto de Liga Asobal como el Villa de Aranda en la primera eliminatoria de la Copa del Rey.
Se mantiene el idilio del club amarillo con el torneo copero, pero eso no puede despistar de su auténtica realidad, como es la Liga. Hasta el momento, los de Santi Urdiales están cumpliendo con buena nota este primer tercio de la competición y son cuartos en la tabla con 9 puntos, antes de recibir sucesivamente en el Quijote Arena al filial azulgrana y a los hasta ahora dos líderes, UBU San Pablo Burgos y Eón Alicante.
Recuperar físicamente a los jugadores tras el gran desgaste del duelo del miércoles es la prioridad de la plantilla manchega, que confía en estar arropados de nuevo por su público. De hecho, más de 2.000 personas presenciaron el triunfo ante el Villa de Aranda y este viernes, dado que es festivo, se espera también una gran entrada. Además, la directiva ha organizado una fiesta posterior en los aledaños del pabellón con comida, juegos y música en directo.
Nueva prueba de madurez para el Caserío - Foto: Rueda VillaverdeLos lesionados de larga duración Toni Alegre y Víctor Morales volverán a ser baja, igual que Nico Barceló, concentrado con la selección argentina. Carlos Ocaña tampoco entrará en la convocatoria al estar recuperándose de una lesión muscular.
Tras la victoria en Copa del Rey, Santi Urdiales, entrenador del Caserío, se mostró muy satisfecho por una nueva gesta en un torneo "al que el club debe mucho".
"No hicimos una buena primera mitad, pero en la segunda crecimos en defensa y portería y me fui satisfecho, pues la gente disfrutó y pudimos completar nuestro plan de trabajo de no cargar mucho a los jugadores y no que se lesionase nada. Para nosotros es increíble haber podido pasar de ronda".
Casi sin tiempo para recuperar, su equipo debe cambiar el chip para medirse a un Barça que "va creciendo cada jornada y ya está en modo apisonadora. Estoy preocupado porque es un equipo que te hace correr los 60 minutos y casi no tenemos tiempo para recuperar". Eso sí, el santanderino está convencido de que el apoyo de la afición será un plus. "El equipo transmite y la gente disfruta en partidos como los de Copa, ante un equipo de Asobal. Ojalá ahora el partido del viernes se llene el Quijote Arena", deseó.