Este domingo 19 de noviembre no es un día más del calendario gregoriano. Se trata de una fecha muy simbólica en la que se celebra el Día de la Mujer Emprendedora que busca visibilizar el papel femenino en el mundo económico. El mercado tradicional laboral ha dado paso a una nueva forma de gestión al incorporar a empresarias y directivas y en los puestos ejecutivos con resultados disruptivos. No ha sido nada fácil llegar hasta donde estamos y aún se sigue luchando por conseguir la igualdad real de oportunidades.
Una gran transformación que no solo influye en la mujer trabajadora, sino que afecta de una forma muy importante al hombre, que se ha visto obligado a adaptarse a un escenario diferente con una nueva filosofía en un ámbito laboral integrador de una sociedad plural en el que las emprendedoras tienen mucho que decir y, sobre todo, mucho que aportar.
Actualmente, el mercado español registra ocho mujeres que inician nuevos negocios por cada 10 hombres. Se trata de una cifra que supera la media de Europa, donde solo se cuentan seis por cada 10 nuevos negocios, según sostiene el Centro Internacional de Emprendimiento.
Los economistas destacan que la brecha entre hombres y mujeres a la hora de emprender viene disminuyendo de forma paulatina desde el año 2012. Las diferencias de género se acentúan en torno a los negocios consolidados que lideran hombres (60%) frente a los que están bajo la dirección de mujeres (40%), aunque se equipara en lo que respecta a personas que esperan crear un negocio en los próximos tres años, 50,9% de hombres frente a 49,1% de mujeres, y cambian a favor de ellas cuando se trata del abandono de negocios, lo que sucede en el 52,6% de los casos.
Según se extrae del último informe Especial GEM sobre Emprendimiento Femenino, España cuenta con más de 650.000 mujeres emprendedoras. En los últimos 10 años, la distancia entre los emprendedores y las empresarias se ha reducido un 30%, según este informe que pone de manifiesto que las españolas tienen menos oportunidades de montar un negocio si lo comparamos con países similares.
Como ejemplo, la Asociación Española de la Franquicia (AEF) avanzó esta semana que las mujeres ocupan el 30% de los puestos directivos existentes en su sector a nivel nacional. En concreto, el 69,6% de este tipo de negocios cuentan con la presencia de alguna fémina en sus órganos de dirección, frente 67,5% de 2021, y un 35,8% de los puestos directivos ocupados por mujeres corresponden a la dirección de recursos humanos y de marketing.
En este sentido, en el mercado español hay una autónoma por cada dos trabajadores por cuenta propia. El sector servicios es el segmento que registra el mayor aumento de emprendimiento femenino.
El perfil de la mujer que se decide a crear una sociedad en España hace referencia a una joven de entre 25 y 34 años y el 70% se lanza a emprender porque detecta una oportunidad o una necesidad en el mercado. Son trabajadoras preparadas, y más de la mitad tienen estudios superiores. De hecho, el 20% confía en el crecimiento del negocio que regenta y en poder generar empleo y ofrecer más de seis puestos en los próximos años.
No obstante, las cifras son aún bajas y más teniendo en cuenta que en el país hay actualmente 1,55 millones de mujeres en paro, lo que arroja una tasa de desempleo femenino del 13,59%. Terminar con esta brecha acabaría con este problema, pero también supondría que más de un millón de mujeres entrarían en el mercado laboral, ya que no forman parte todavía de la población activa.
Los expertos calculan que sería necesario que un millón de mujeres entrara a formar parte de esta población activa, lo que supondría un aumento de la tasa de actividad femenina en el cómputo global nacional hasta alcanzar más del 60%.
Proyección
La incorporación de la mujer a los puestos relevantes de las empresas, como los consejos de dirección y los puestos de mando, a parte de la gestión de sus propias compañías, están demostrando, según los expertos, que su papel es determinante tanto en lo que respecta a gestión como a rentabilidad. La proyección que realizan desde los puestos de mando está ayudando a dar un fuerte empujón en aspectos tan interesantes como la digitalización, el uso de la inteligencia artificial y la modernización del tejido productivo en lo que ha venido siendo una asignatura pendiente que está mejorando la productividad, la eficiencia y los resultados económicos.