Las alarmas se han encendido este fin de semana después de que el domingo pasado se registrara una fuerte tormenta que dejó 19 litros por metro cuadrado que anegó diversas calles e inundó garajes y bajos en la capital. De cara a este fin de semana, el aviso amarillo activado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) vuelve a poner en alerta a la capital, que cuenta con un Plan Especial de Actuación Municipal ante el Riesgo de Inundaciones en Ciudad Real, un documento que establece los protocolos de actuación en el caso de que se produzca dicha emergencia y detalla las zonas con mayor riesgo.
El documento recoge once puntos críticos de la ciudad que pueden sufrir en mayor medida las inundaciones por precipitaciones in situ en el término municipal, en base a los informes que se realizaron con motivo de la elaboración de este plan, en el mandato 2011-2015, y que tienen en cuenta diversos factores. Dichas zonas son el campus universitario, la avenida de Europa, la carretera de Carrión, la avenida de los Descubrimientos, los accesos al parque Playa Park, el entorno de la catedral y los jardines del Prado, el barrio de Los Ángeles, la zona del colegio Ferroviario, la carretera de Miguelturra y los acceso al cementerio. Muchas de ellas son «grandes avenidas donde confluyen varias calles» y de ahí que puedan acumular un mayor volumen de agua, mientras que las zonas del centro que se contemplan son «las partes más bajas de la ciudad», según fuentes de Protección Civil.
Sin embargo, en el plan no se incluyen las calles que sufrieron las consecuencias de la acumulación de agua el pasado domingo: la Puerta de Toledo, las calles Altagracia, Esperanza o Júpiter. Desde protección Civil se explica que dichas vías se anegaron por causas «circunstanciales», como el arrastre de hojas de los árboles debido a la fuerza de la lluvia y el granizo. De hecho recordaron que hacía «muchos años» que no actuaban en la Puerta de Toledo o en la calle Esperanza por este tipo de emergencia. No obstante, si se aprecia que hay reiteración en las inundaciones en dichas zonas, se podrían incluir en el mencionado plan una vez que se lleve a cabo su revisión, que se prevé para el año que viene.
Sin embargo, otras vías recogidas en dicha relación de calles con mayor riesgo de inundación aguantaron en mejores condiciones la llegada torrencial del agua. Es el caso, por ejemplo, de la avenida de los Reyes Católicos, donde recientemente se ha llevado a cabo una obra de mejora que ha incluido la renovación de redes de agua.
También el núcleo central de la capital respondió bien ante las lluvias, lo que fuentes de Protección Civil atribuyeron a «la red de infraestructuras de agua de la ciudad», que puntualizaron que un volumen de 19 litros por metro cuadrado en sólo veinte minutos «no hay imbornal que lo soporte».
Así pues, incidieron en que las inundaciones de diversas zonas de la ciudad se debieron el domingo pasado a «diversos factores» que, todos juntos, dieron lugar a un importante número de avisos por incidencias que los bomberos no dieron a basto de atajar. Se refirieron a las hojas que pudo arrastrar la fuerte lluvia, el granizo o la propia capacidad de absorción de las tuberías, al mismo tiempo que matizaron que ese tipo de incidencias no siempre tiene que ver con la cuestión relativa a la limpieza. De hecho, en la misma tarde del domingo, la alcaldesa, Pilar Zamora, ofreció una rueda de prensa en la que afirmó que los imbornales se habían limpiado recientemente y que, por tanto, no se podían atribuir las inundaciones a una situación de «dejadez» en el mantenimiento de la ciudad.