Francisco Seco de Herrera, el presunto homicida del crimen de los Rosales, se ha presentado ante el juez instructor como una víctima de una larga historia de desencuentros y trifulcas con su vecino, al que presuntamente mató la noche del miércoles clavándole unas tijeras en el cuello en la puerta de su casa de la calle Arrayanes de la urbanización de los Rosales.
Curro, apelativo por el que responde el acusado, ha comparecido ante el juez instructor con varios cortes en la cara que, según su versión, le hizo el acusado con las tijeras.
Ante el juez instructor, Gonzalo de Diego, ha declarado que esa noche salió a barrer la puerta de su casa y a limpiar las aguas menores y excrementos de los perros. Hecho que ha corroborado una vecina que salió a tirar la basura. Al regresar, vio en la puerta de su vivienda a Antonio Isidro González, que vivía en una unifamiliar pegada a la del encausado.
Prisión sin fianza para el acusado del crimen de Los RosalesLa vecina percibió un intercambio de «palabrillas» entre los dos hombres y al acercarse trató de terciar. Fue entonces cuando uno de ellos le pidió que le dijera al otro que él no le había dejado una nota. Le dijeron que no iba con ella el asunto y la mujer se marchó.
Segundos después, según la versión del presunto homicida, su vecino se le echó encima, se le acercó poniéndose frente a su cara y cuando le empujó para alejarlo sacó unas tijeras del bolsillo y le hizo algunos cortes en el rostro (visibles ayer). Empezaron un forcejeo y fruto de ello, la víctima se clavó las tijeras en el cuello y cayó desplomada. Este es el testimonio ofrecido por el acusado asistido por su abogado, un reconocido jurista de Ciudad Real al que no le gusta que su nombre aparezca en los medios.
Una versión exculpatoria que no le ha librado de la cárcel. Tras la declaración del encausado y la de los testigos, el fiscal ha solicitado la medida cautelar de prisión preventiva y poco después el juez instructor decretaba para Curro Seco prisión provisional y sin fianza por un presunto delito de homicidio.
Prisión sin fianza para el acusado del crimen de Los Rosales - Foto: Rueda VillaverdeLa calificación de los hechos que enjuiciará un jurado popular podría cambiar en virtud del resultado de la autopsia.
El informe de los forenses determinará si sólo hubo un corte en el cuello que le causó la muerte casi en el acto o algunos más en otras zonas del cuerpo o pecho. En este caso, la calificación inicial de un presunto delito de homicidio podría tornarse en asesinato.
Según ha podido saber La Tribuna, el cadáver de Antonio Isidro González Gascón presentaba una herida punzante en el cuello que le causó la muerte prácticamente en el acto. También tenía otras lesiones, algunas en el pecho, pero no de la entidad de la herida mortal del cuello.
El letrado de la defensa ha declinado pronunciarse a este respecto en espera del informe de la autopsia, que considera que será «determinante», ya que dependiendo de las lesiones que presente el cadáver «veremos si estamos ante una imprudencia o ante algo más grave, lo que está claro es que Francisco no buscó al vecino», ha remarcado.
Hay dos testigos que han declarado que vieron a la víctima en el suelo y al acusado dándoles golpes con algo (era de noche e iban en su coche). Este testigo, como avanzó ayer La Tribuna, ha declarado en sede policial y judicial que le recriminó al presunto homicida qué había hecho. «Nada, quería pegarme», respondió entrando en su vivienda desde donde, según las fuentes, telefoneó a su madre para decirle «creo que he matado al vecino».
Los ruidos, el muro. Antonio Isidro González y Curro Seco discutían desde que éste último tenía 12 años. En los últimos tiempos porque «pones la música alta, no puedo pasar a la cochera, has levantado el muro medianero y ocupado una parte de mi casa...». Un enfrentamiento enconado, con más de una denuncia, que la noche del pasado miércoles, sobre las 21.15, acabó con la vida de Antonio Isidro González, de 59 años, a manos presuntamente de su vecino Curro Seco de Herrera, de unos 35. Hasta entonces, nunca habían llegado a las manos.
Hoy ante el juez y en presencia de su abogado ha reiterado que hubo un forcejeo y que su vecino se clavó las tijeras que había sacado del bolsillo. Ha sostenido que las cogió para quitárselas y evitar que siguiera pinchándole.
Los caracteres. Los dos vecinos tenían mundos distintos y personalidades dispares. Antonio Isidro era montador de ascensores y, según los vecinos, un hombre pacífico, familiar, amigable y dispuesto a colaborar con la gente, a ayudar. Curro era más joven y vivía en su mundo particular. Para algunos, era de difícil trato, hasta el punto de evitarle para no tener problemas. El abogado que se ha hecho cargo de su defensa desmiente que pueda tener algún trastorno de la personalidad o mental, a juzgar por la conversación mantenida con él y su madre.
Él mismo le ha dicho al juez que no tiene problema psiquiátrico alguno ni ha estado en tratamiento. Curro Seco no se ha mostrado parco ante el juez, sino todo lo contrario, ha hablado casi sin parar, verborreico.
En cualquier caso, probablemente será examinado por los médicos forenses, que ya ayer vieron los pequeños cortes o arañazos que presentaba en la cara para el informe pericial de cara al juicio.
Abogado y periodista en prácticas en 'La Tribuna'
Curro Seco ha tenido una vida confortable. Se ha criado en el seno de una familia de profesionales. La madre es médico y trabajó hace unos años en el Hospital General de Ciudad Real. Su padre es notario. Quizá por ello, Curro se decantó por el Derecho, aunque también le llamó el Periodismo. De hecho, en 2006 hizo prácticas en La Tribuna.
En la carrera de Derecho obtuvo 18 sobresalientes, ha asegurado su madre, que tras conocer el hecho por su propio hijo se desplazó desde Sevilla, donde reside, hasta Ciudad Real. A pesar de haber cursado dos carreras, en la actualidad se dedicaba al cuidado de una finca próxima a la capital.
Desde hace unos años vivía sólo en la gran unifamiliar de Los Rosales.