Entre final de un curso académico y el comienzo del siguiente el estudiante afronta un periodo de tiempo que, en muchas ocasiones, supone más quebraderos de cabeza que las propias preocupaciones de una asignatura que se atraganta. La tarea de encontrar un piso de alquiler se ha convertido en todo un desafío para los jóvenes que se ven obligados a desplazarse de sus lugares de origen para poder cursar sus estudios. Para ellos y para sus padres, que son los que suelen afrontar unos gastos cada vez más elevados. Los precios del alquiler en Ciudad Real, un verano más, siguen disparados y no parece que vayan a tocar techo. Así lo han confirmado varias agencias inmobiliarias a este periódico: «Esto está desbordado, es un abuso».

La gran mayoría de los estudiantes no se va tranquilos de vacaciones sin dejar cerrado el asunto de su residencia durante el siguiente curso. Ya sea de manera individual o con un grupo de amigos o conocidos, suelen dejar asegurado el piso donde van a vivir los próximos meses, pero también los hay que, por diferentes motivos, se ven obligados a buscar un alquiler a última hora. Para este perfil de cliente, desde la inmobiliaria Marín se le informa que «pisos hay», pero, ¿a qué precios? Pilar Marín ha sido testigo de la fuerte inflación del coste del alquiler en los últimos tiempos, incluso a un ritmo de 100 euros por año: «Pisos de cuatro dormitorios que no llegaban a 500 euros ahora los alquilamos por 800 euros, y los de dos habitaciones están ya en 600, y en 500 los de una habitación».

La razón no es otra que el ajustado parque de viviendas que existe en Ciudad Real, incapaz de satisfacer las necesidades de estudiantes, trabajadores y familias. Una ley de la oferta y la demanda de la que «se aprovechan los propietarios», explica Pilar Marín, quien reconoce que en muchas ocasiones «el cliente me da pena, esto es un abuso».

Coincide con el análisis otra céntrica agencia. «Esto no tiene límite. Por cada vivienda en alquiler que nos entra nos llaman entre 10 y 15 personas. Hay mucha demanda y poca oferta», resume.

Lejos de la universidad

Las particularidades de este mercado también ha provocado que los estudiantes ya no apuesten por encontrar algo cerca del campus universitario, sino que alquilan pisos en cualquier zona de Ciudad Real. Así lo confirma Gabriel Caro, franquiciado de Tecnocasa: «Los pisos de la zona de la universidad se agotan enseguida, quedan reservados en verano». Así, los más rezagados aceptan pisos aunque estén lejos por el riesgo de quedarse sin ellos. «No buscan un mejor precio, porque al final son los padres los que van a pagar. Buscan un piso que esté bien». 

Ante esto, los propietarios «han encontrado un filón», afirman desde Tecnocasa, y suben los precios año a año, ya que al ser nuevos contratos, no se ven obligados por la nueva ley de la vivienda que topa la actualización de los contratos al 3% anual. Por ello, muchos prefieren el perfil de inquilino de estudiante, por temporalidad, antes que verse vinculado con un contrato de más larga duración con una familia u otro tipo de cliente.

Según las consultas realizadas por La Tribuna, los estudiantes (o sus padres) están dispuestos a pagar hasta 300 euros por habitación, aunque en algunos casos se trata de pisos con unas calidades que no son acordes con los alquileres que se piden: «Llegan a ser aberraciones. El propietario no arregla el piso porque dice que el estudiante se lo va a destrozar, y así es la pescadilla que se muerde la cola», apuntan. 

220 euros por habitación en Ciudad Real

La oferta de pisos compartidos se ha incrementado un 29% interanual durante el segundo trimestre, lo que ha provocado que el precio sólo haya aumentado un 3%, hasta los 400 euros mensuales, según un informe del portal Idealista, que sitúa a Ciudad Real como una de las ciudades más económicas para alquilar una habitación, con con 220 euros, solo por detrás de Jaén (210 euros) y Palencia (217). Las más caras son Barcelona (565), Palma y Madrid (500).